Voces Del Deporte

Cada uno con su forma y a su manera, el o la cronista siempre han sido una parte indispensable y fundamental en las transmisiones de los eventos deportivos. Son varias las razones para ello, iniciando por las básicas como son la descripción de las acciones, el análisis de la evolución de los acontecimientos, así como la aportación de noticias e información valiosa sobre los protagonistas. Eso, podríamos afirmar, es la esencia de toda emisión deportiva. Sin embargo y según he constatado, hay un factor adicional que pudiera ser incluso el más relevante: el vínculo emocional que se forma entre el público y el cronista, y que es el factor clave para la aceptación preferente de ese locutor específico por parte del aficionado. Esta situación incluso se mantiene a lo largo de los años, no obstante el inevitable final de la carrera profesional del involucrado. Pareciera una vieja amistad que se hace más profunda con el paso del tiempo, porque no cualquiera te invita periódicamente a la sala de su casa durante décadas. Obviamente este privilegio lleva implícito una gran responsabilidad así como un enorme agradecimiento. De las grandes satisfacciones de mi carrera fue comprobar lo mencionado anteriormente, encontrando personas que comentan que de niños veían mis transmisiones en compañía de su papá, y luego las vieron con sus hijos. El lazo especial del cual les hablaba, continuado a través de generaciones.

Dando por hecho que todo cronista que llega a un medio masivo debe contar con el talento y capacidad necesaria para cumplir cabalmente su función, el radioescucha o televidente hace su decisión con el voto que le da el control remoto de su aparato. Afortunadamente hay para todos los gustos, y cada aficionado encontrará la narración que más le satisfaga tomando en cuenta la voz, ritmo, estilo, tono, volumen, experiencia y coordinación del equipo de locutores.

Como todo en la vida, la narración de eventos deportivos ha sufrido una evolución constante. Al principio era la radio, ese medio mágico en el que los cronistas se convertían en los ojos y oídos del aficionado, plasmando en la mente de éste las acciones de la justa deportiva como un lienzo en blanco que se va llenando de colores. La imaginación del radioescucha acrecentaba aún más el deleite de esas memorables transmisiones. Luego vino la televisión y la consiguiente modificación en el estilo de la narración. Ahora el teleaficionado podía ver directamente las acciones, no requería de los ojos del cronista, y éste tuvo que dedicarse a adicionar, a explicar el porqué de las cosas, incluso prediciendo movimientos técnicos y resultados, creando así al llamado analista. Y es con ese balance, del narrador que complementa lo captado por las cámaras, y el especialista que explica las estrategias, como se realizan actualmente las crónicasdeportivas. Y no parará ahí. Vendrán nuevos adelantos tecnológicos en la forma de presentar los eventos y los cronistas harán su necesaria adaptación para seguir cumpliendo con su afortunada vocación.

Por suerte, México ha contado a lo largo de su historia con una plétora de grandes cronistas del deporte. Por eso es muy loable y trascendente la decisión de la Fonoteca Nacional de incluir una sección dentro de su invaluable acervo, con estos singulares maestros de la narración deportiva. Con ello, investigadores e historiadores del deporte tendrán a su disposición un valioso archivo para consultar, escuchar y recordar aquellas grandes Voces del Deporte Mexicano. Recordemos que todo país se ancla en su pasado y en su historia, y las voces del deporte, convertido éste en un fenómeno social relevante, cuentan ya ahora y por fortuna, con la salvaguarda de ese pretérito que era imprescindible preservar.