GRANDES MAESTROS

ALEJANDRO LARA

MÁS QUE UN REFERENTE DEL PERIODISMO DEPORTIVO, ALEJANDRO LARA Y LICEA ES UN ÍCONO DE LA TELEVISIÓN MEXICANA. FUE LA PRIMERA VOZ Y EL PRIMER ROSTRO QUE APARECIÓ EN LA TRANSMISIÓN INAUGURAL DE LA SEÑAL DE TELEVISIÓN DEL CANAL 13, QUE DESPUÉS SE CONVERTIRÍA EN IMEVISIÓN Y POSTERIORMENTE EN EL PRINCIPAL CANAL DE TV AZTECA.

Durante su trayectoria de más de cincuenta años ha participado en programas de todo tipo: «Todo lo que quise hacer en los medios de comunicación tuve la oportunidad de hacerlo. Hice programas infantiles, artísticos, culturales, musicales, noticieros, de deportes. Me tocó hacer todo en la televisión, afortunadamente.».

Sin embargo fue en los programas deportivos, donde halló ese hito que habrá de hacerlo pasar a la historia: DeporTV, un programa que ha constituido un antes y un después en la televisión nacional. Él es la voz legendaria que recibía y despedía a las audiencias cada semana con su clásica frase introductoria:

¡Esto es DepooooorTeeeVeee!...

«Lo que he aprendido y lo que he agradecido siempre, es que las personas que me ven todavía me reconocen y me dan la bendición, me dicen palabras bonitas, me dicen que me extrañan. Cosas así. Todavía me recuerdan».

Sus inicios en el periodismo se dan cuando era aún muy joven y era, como ha dicho siempre, un apasionado del deporte que lo mismo practicó el atletismo que el automovilismo, el motociclismo y el futbol americano: “¡ESTO ES DEPOOOOORTEEEVEEE!!”

«Yo creo que el periodismo deportivo es la consecuencia de practicar deporte, que es importante para tener una buena salud, una buena vida. El deporte es una pasión y todos somos aficionados a algún deporte, a mí me gustó siempre.

»Lo pude practicar desde que era muy pequeño, un estudiante. De ahí se me vino la idea de poder comunicarlo: hubo un concurso en el Politécnico para hacer un programa estudiantil en Radio Mil. Nos seleccionaron a cuatro compañeros. A mí me tocó la sección de deportes, otros eran culturales, otros sociales… A mí me gustaba mucho difundir pero en la radio me decían que había que ser imparciales, que así era el trabajo de periodista. Empecé a transmitir, pero lo más importante para mí era comunicar lo que yo sentía por el deporte. Yo era muy apasionado. En el radio nos decían que nosotros éramos los ojos y los oídos de la gente porque la gente no podía ver el deporte, sino que “lo están escuchando y se lo imaginan como lo narran ustedes”».

Así, un joven estudiante de ingeniería del Instituto Politécnico Nacional se integra poco a poco en los medios de comunicación, vocación que a final de cuentas terminó por seducirlo para que dejara su título de Ingeniero Electrónico a un lado y dedicara su vida a la narración deportiva. Lentamente, fue aprendiendo la responsabilidad de estar frente a un micrófono y recuerda esos primeros pasos llenos de nerviosismo:

«Tremenda sensación. Todavía lo siento, eso nunca se le quita a uno. Es la alerta principal para estudiar, meditar cómo comentar, cómo comunicarlo. La primera vez fue en el radio estudiantil, y cuando me dieron la señal, me quede como mudo, no hablaba, hasta que luego de unos minutos reaccioné. Llevaba mis notas y empecé a leerlas. Se me iba el aire. ¡Tremendo! Salí pálido, pálido, nunca se me va a olvidar. Me acuerdo que cuando salí pensé: “¿Qué me van a decir?”. Pero bueno, gracias a Dios sabían que estábamos empezando, que había que practicar, que había que tomar ritmo y así poco a poco fui mejorando».

Alejandro Lara aprendió desde esos instantes que el oficio requiere preparación, investigación, estar en el momento con la pregunta justa y buscar la respuesta correcta; el poder transmitir el concepto de lo que la gente está viendo para que todo salga, según sus palabras: «con mayor explicación, más bonito, más redondo, más explícito: Yo siempre intenté explicar cómo era la situación del deporte en lo que a mí me tocaba porque siempre hay generaciones nuevas. Ahora hay niños que si les hablas con el idioma deportivo no te van a entender, tienes que explicarles todo. Ellos lo ven y tú sólo complementas lo que están viendo, pero con certeza».

Pionero de las transmisiones deportivas en radio, entra a Radio Centro después de trabajar en otras estaciones. Entonces se le presenta a don Francisco Aguirre, dueño de la compañía radiofónica la posibilidad de obtener la concesión de un canal televisivo, la señal de Canal 13, y a este proyecto se integra Alejandro Lara, quien además es el encargado de invitar por primera vez a las audiencias a sintonizar la señal del canal. La inauguración se da el 12 de octubre de 1968 a las dos en punto de la tarde, en blanco y negro, y el primer propósito del canal fue cubrir los Juegos Olímpicos de México 68.

Cuenta Alejandro Lara que los estudios eran tan pequeños como un closet y que en general se pasaban muchas penurias para editar las cápsulas que se transmitían en el naciente canal, carente de una inyección de capital que le permitiera competir con otros proyectos televisivos. A pesar de ello, Canal 13 tuvo algunos aciertos que fortalecieron su posición en los medios de comunicación, por ejemplo, transmitir juegos profesionales de futbol americano.

En el siguiente año, Lara transmitiría el viaje del Apolo 11 que culminó con la llegada del hombre a la luna, cuando Neil Armstrong pisó por primera vez la superficie del satélite terrestre. Una frase suya, se volvió célebre en el mundo entero:

“Neil Armstrong está jugando al golf en la luna”.

Posteriormente, cuando la compañía ya contaba con la participación de José Ramón Fernández, se realizaron los primeros esbozos de un programa deportivo. La aspiración era llegar a convertirse en la mejor transmisión del género. Luego de algunas pláticas, se define el nombre: DeporTV. Corría el año 1974 y era el mes de enero cuando salió al aire, con una consigna: honestidad periodística, capacidad y conocimiento de los deportes. La alineación original la conformaron Rodolfo Sánchez Noya, Carlos León, José Ramón Fernández y Alejandro Lara.

DeporTV se convirtió en el semillero más importante de periodistas deportivos de su generación bajo el liderazgo de José Ramón Fernández y la participación de Alejandro Lara, que tuvo siempre esa vocación de saber recibir a los jóvenes talentos con amabilidad y ayudarlos a crecer en el ámbito televisivo, con ese don de palabra que sus conocidos le saben reconocer y un excelente humor que transmitía un optimismo perdurable. Por ahí desfilaron, por nombrar sólo a algunos: Raúl Orvañanos, Carlos Albert, Pepe Espinosa, David Faitelson, Marco Tolama, Alberto Fabris del Toro, Emilio Alonso y su padre don Fernando, Francisco Javier González, André Marín, Enrique Garay, Christian Martinoli, Ciro Procuna, Andrés Bustamante y Víctor Trujillo.

La clave del éxito de DeporTv, dice Alejandro Lara, fue no tener compromisos con nadie y tener una meta bien fija. Aunque ahora ya se trataba de una televisora estatal, con problemas de presupuesto y donde ellos mismos tenían que grabar, editar y comentar los programas, no claudicaron nunca. Los constantes vaivenes de directivos también fueron un problema, pues a menudo llegaban nuevos directores al canal, con planes distintos cada uno y hasta hubo quienes desearon desaparecer la sección deportiva, sin embargo el pulso continuo y vigoroso de programas como DeporTv hicieron popular a la señal de Canal 13.

Con gran tesón formó una carrera de 54 años de trayectoria, pasados la mayor parte de ellos con una única compañía televisora. A esta profesión se dedicó con entrega y esto le ha traído grandes alegrías:

«La noticia de que iba a participar en la transmisión de un campeonato de Fórmula 1, un Super Bowl, unos Juegos Olímpicos, unos Panamericanos. Participar de esos grandes eventos, entrevistar a las grandes figuras del deporte era verdaderamente algo sensacional, era como realizar un sueño. Aunque yo no hablaba inglés, me traducían, pensaba que cómo era posible estar hablando con ellos, tanto nacionales como internacionales. Claro, empiezas por el nacional porque aquí es tu residencia pero cuando te dan la noticia de que vas a viajar es inimaginable, es increíble. »

Una de las figuras del deporte que a mí siempre me llamó la atención y que además tuve la oportunidad de obtener una referencia de él y me regaló sus lentes de aviador, fue Ayrton Senna, piloto brasileño de la Fórmula 1. Me dijo que de todas las entrevistas que él había dado en América, su favorita era la que yo le había hecho. Tuve la suerte de que varios compañeros que estaban en el radio la tomaran para repetirla y cuando terminamos la entrevista, Senna me abrazó. Se quitó sus lentes y me los regaló, aún los conservo. Y cada vez que venía el Gran Premio en México, lo buscaba para entrevistarlo, él ya me conocía, ya me decía que me fuera con él, me invitaba a paddock, a donde estaba él y ya le hacía yo la entrevista. Una persona extraordinaria y sensacional, como muchos a quienes también tuve la oportunidad de entrevistar».

Estas oportunidades no vinieron sin esfuerzo. Tal como lo señala Alejandro Lara, la profesión del periodismo deportivo es exhaustiva y demandante, sin embargo siempre pudo cumplir a cabalidad con su responsabilidad, cosa de la que se jacta: «Me gusta mucho trabajar. Afortunadamente en la compañía donde duré tanto tiempo nunca tuve un retraso, una falta, una llamada de atención. De mi expediente, cuando lo vieron los nuevos dueños de TV Azteca, el jefe de personal dijo que no tenía nada que señalar excepto que mis hojas de vacaciones fueron muy esporádicas. No tenía ni un castigo, ni una falta e incluso cuando me he enfermado, me han operado en forma grave y urgente y ha sido dentro de mis vacaciones, así es que ni eso».

De sus horas libres entre una transmisión y otra, dice que no existían, que no había descanso. Recuerda horarios que iban de las seis de la mañana a las doce de la noche, porque en televisión el mayor trabajo no está a cuadro, sino detrás y había que alimentar los programas, las transmisiones, escribir notas, producirlas, tener todas las fuentes de información disponibles: «Era tener lo más cercana la información; buscar en periódicos, ver imágenes que llegan de otros países, oír radio, noticieros, competencias de televisión, tomar notas de todo lo que veíamos. En fin, es prepararte mucho y saber lo que vas a llevar para darle ritmo a la transmisión. Es mucho trabajo, pero todo muy interesante, muy apasionante. Daba gusto hacerlo. »

El deporte es un reto contra el tiempo, contra la distancia, contra la velocidad. Eso me llamaba mucho la atención. Buscaba saber las cualidades de un deportista. Cómo entrenan, a qué hora entrenan, qué comen, qué medicinas toman, quién los sigue en su preparación física, quién los lleva todos los días por el camino bueno, y sobretodo las aptitudes, porque hay muchos jóvenes que dan en el clavo con el deporte que quieren practicar. Cada jugador tiene diferentes características: altura, peso, velocidad, tamaño. Es como un juego de ajedrez y eso me llama la atención. En cuanto al deporte, primero hay que jugarlo y luego comunicarlo».

De su carrera son incontables los logros: coberturas de Juegos Olímpicos, entrevistas con los grandes deportistas del mundo, transmisiones de Copas Mundiales, de Juegos Panamericanos y un récord bastante impresionante de treinta y dos Super Bowls, el primero de los cuáles fue el número VIII, aquel en que se enfrentaron Dolphins vs Vikings en 1974. Lo narró junto con José Ramón Fernández, Víctor Serratos y Pepe Espinosa.

Con años sin tiempo para tomar unas vacaciones, sin fines de semana familiares, con horarios extendidos, con viajes largos a lugares desconocidos, pero también con una pasión por lo que hacía, Alejandro Lara dice sentirse satisfecho del trabajo realizado, y de haber cumplido con los objetivos que se plantearon desde un principio en Canal 13. Recuerda lo complejo que era ir a unos Juegos Olímpicos:

«Los idiomas: uno no sabía ni cómo pedir una dirección. Vas viendo, vas señalando para comunicarte, los vuelos que a veces se pierden, no saber cómo llegar, ni saber si vas a llegar a tiempo. Es una angustia tremenda pero muy divertido todo. Irte a unos Juegos Olímpicos era tremendo. Yo tengo un compañero que pidió un taxi del hotel para que lo llevaran al centro de comunicación y lo llevaron a un cementerio. No sabía cómo explicarles hasta que sacó su tarjeta de acreditación y la enseñó, pero el susto que pasó no se le quitó hasta que llegaron al centro. Un lugar donde no conoces nada, a nadie, las calles, nada. Casi no se come durante esos eventos, se toma mucho café, si fumas vas a fumar mucho. Todos esos son los retos».

Más que un referente del periodismo deportivo, Alejandro Lara y Licea es un ícono de la televisión mexicana. Fue la primera voz y el primer rostro que aparecieron en la transmisión inaugural de la señal de televisión Canal 13. Él, es la voz legendaria que recibía y despedía a las audiencias cada semana con su clásica frase introductoria: ¡Esto es DepooooorTeeeVeee!

Desde que se retiró en 2013, quedaron en el pasado las transmisiones, las conducciones, la redacción, la formación de nuevos talentos; sin embargo perdura una satisfacción, el recuerdo del público que se acompañó de las voces de Alejandro y los narradores con los que compartió un sin fin de coberturas memorables:

«Recordamos narrando lo que estamos viendo. Ver a una Nadia Comaneci en Estados Unidos, en Canadá, con sus primeras medallas de oro en ese deporte fue algo espectacular. Ver un triunfo de Senna en la Fórmula 1, ver el triunfo de un equipo de futbol americano —que además es tu pasión—, ver las hazañas de los corredores de larga distancia, de corta distancia, los saltadores, las innovaciones que hay en el deporte, ver el esfuerzo que hacen, la frustración a veces, y la alegría de quien conquista la victoria… Todo eso es muy emotivo. Lo llena a uno de fortaleza».

Actualmente, Alejandro Lara vive la mayor parte del tiempo en Texas, donde él y sus hijos han hecho vida en los últimos años. Viene a la Ciudad de México tanto como puede, cada dos o tres meses y en esas visitas nunca deja de reunirse con sus colegas de la Asociación Mexicana de Locutores en algún restaurante de la ciudad. Los seis o siete veteranos de la locución que continúan asistiendo a las reuniones de esa asociación comparten una amistad afianzada por una profesión que han visto transformarse radicalmente en las últimas décadas; comparten la sorpresa por los avances tecnológicos, intercambian anécdotas de tiempos más rústicos en la comunicación, perspectivas sobre el futuro del oficio:

«Recuerdo a Nacho Brambila en el 1968. Hicimos una transmisión desde Gobernación y teníamos unas cámaras de estudio pequeñas. Él se puso una en la espalda como si fuera tripié para poder tener el cuadro. En los estudios, en lugar de escenografía había un panel donde se dibujaba con gises. Teníamos una tele grandota en donde de un lado estaban los comerciales y no te podías salir de la luz. Era un relajo tremendo. Una cosa maravillosa. Ahora las escenografías son virtuales y tantísimas cosas que no se imaginaba uno. A mí sí me tocaron los cambios muy bruscos. Estoy en la televisión desde el 68 y cuando vimos los cambios nos daban miedo».

Como bien apunta Alejandro Lara, su larga trayectoria se ha visto marcada por los grandes cambios tecnológicos en los medios de comunicación, a los que tuvo que adaptarse a pesar del miedo, la sorpresa, la incertidumbre. La computadora representó para él y quienes vivieron su llegada un enorme reto por sortear:

«Cuando nos llegó la computadora a la oficina no sabíamos qué hacer. La compañía nos dio clases para saber hasta encenderla. Pero la información que se podía sacar de ahí era impresionante, sobretodo cómo se comunicaba uno en tiempo casi real al extranjero. Decía uno que cómo era posible. Las cámaras de televisión, las cámaras de cine, la iluminación. Yo me acuerdo todavía que al entrar a un estudio de televisión uno veía una enorme cantidad de gente: el manager, el de audio, el de escenografía, un mar de gente. Ahora todo es diferente, ya hay hasta cámaras automáticas, se ilumina por computadora y ya no sabe uno qué hacer. Voy a la radio y ya todo es automático. Lo que sí sé es que no se puede sustituir al ser humano».

Más que un referente del periodismo deportivo, Alejandro Lara y Licea es un ícono de la televisión mexicana. Fue la primera voz y el primer rostro que aparecieron en la transmisión inaugural de la señal de televisión Canal 13. Él, es la voz legendaria que recibía y despedía a las audiencias cada semana con su clásica frase introductoria: ¡Esto es DepooooorTeeeVeee! Equipo de TV Azteca en la celebración del décimo aniversario de la televisora, entre ellos los ejecutivos de la empresa Ricardo y Elsa Salinas. Fotografía: Archivo personal de Alejandro Lara. Alejandro Lara y Nelson Vargas, especialista de TV Azteca para las competencias de natación y clavados durante las transmisiones de Juegos Olímpicos. Fotografía: Archivo personal de Alejandro Lara.

De aquellos años de gloria quedan los recuerdos y las anécdotas, queda la historia de un decano de la crónica y el comentarismo deportivo que se dedicó durante toda su vida a narrar con pasión y entrega las grandes gestas del deporte a nivel nacional e internacional, un hombre que disfruta una buena plática con amigos, el cine, la música instrumental y el compartir tiempo en familia.

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