GRANDES MAESTROS

FERNANDO VON ROSSUM

DE SUS TRANSMISIONES SE RECUERDA SU VOZ EXPERTA, EL COMPAÑERISMO Y LA GENEROSIDAD CON QUE SIEMPRE IMPULSÓ A SUS COMPAÑEROS.

Las aficiones deportivas también se heredan, ya sea por un proceso de imitación, de predisposición en el carácter o por influencia desde las primeras edades. El padre de Fernando Von Rossum fue uno de los primeros regiomontanos que llevó el futbol americano a tierras del norte del país. Fue árbitro de dicho deporte y uno de los fundadores de la Asociación de Árbitros. Participó en la publicación de un libro de reglas del futbol americano, para todo aquel que se interesara en el tema. Desde pequeño Fernando Von Rossum asistió a partidos de americano y se hizo un conocedor precoz.

El atletismo combinado con una fuerza brutal, la precisión de un pase lanzado sesenta yardas y la violencia controlada, lo vistoso y emocionante del juego, lo inesperado y la ejecución cuidadosa de una estrategia, son los factores que, en su opinión, hacen del futbol americano uno de los grandes deportes y de ahí su afición por el juego....

“YA CANTÓ LA GORDA”

El año de 1958 cambió para siempre el mundo del futbol americano. A partir de aquel entonces la NFL creció a pasos agigantados hasta llegar a ser el espectáculo deportivo del que hoy disfrutan millones de aficionados alrededor del mundo, se convirtió en la liga de mayores ingresos en todo el ámbito deportivo. Fernando Von Rossum aún recuerda el partido por el campeonato de aquel año:

«Fue el partido de 1958 por el campeonato de la NFL entre los Potros de Baltimore y Gigantes de Nueva York. Fue el primero que se fue a tiempo extra, el primero transmitido nacionalmente en Estados Unidos, nosotros estábamos en San Antonio en casa de mi tía, y se le consideró por muchos años “El mejor juego jamás jugado”. Obviamente eso no existe, pero ese partido hizo que la NFL despertara y despegara. Lo recuerdo bien porque era en blanco y negro la transmisión. Johnny Unitas, uno de los mejores mariscales de todos los tiempos trajo a Baltimore de atrás en el cuarto cuarto para empatar. Una escena dramática cuando él sale a lanzar y le indica a su receptor, a Raymond Berry, que se moviera para conectar con él. Y luego la jugada del tiempo extra donde Alan el Caballo Ameche, toma la pelota y anota, y los Gigantes pierden. De esos dos equipos, no me acuerdo muy bien en este momento, pero hay como catorce del Salón de la Fama en esos dos conjuntos. Me hubiera gustado transmitir ese juego».

Las visitas obligadas a San Antonio, Texas, a casa de su tía, donde acostumbraban seguir las transmisiones del futbol americano colegial y profesional, fueron el complemento perfecto de su educación en el deporte; de hecho así fue como, sin desearlo, ingresó en el mundo deportivo. Así lo narra Fernando Von Rossum:

«Yo entré en la crónica deportiva, como tantas cosas de la vida, por accidente. Vivía en Monterrey, estaba en segundo o tercer año de la carrera en Ingeniería Química y un canal de la ciudad, el Canal 6, tenía una repetidora ahí entre Nuevo León y Texas y yo recibía la señal de un canal de ahí del Valle de Texas. Entonces empezaron a transmitir juegos de la liga americana, que estuvo funcionando unos años. Yo sabía de futbol desde niño, mi papá era aficionado y nos llevaba a San Antonio a casa de su hermana a ver juegos.

»Empezaron a transmitir y pues faltaban cosas ahí, la persona que estaba narrando carecía de algunos conocimientos, un muchacho sin experiencia. Hablé al canal y les dije: —Oigan, estoy viendo estos juegos y falta esto y esto y esto. —¿Y usted sabe de esto?, me dijeron. —Pues sí, algo. —¿Y sabe inglés? —Sí, sí. —¡Véngase! Véngase a hacer una prueba porque no tenemos nadie que le entienda a este asunto—. Pues ahí voy, hago la prueba y el sábado siguiente ahí estoy transmitiendo (recuerda entre risas). Estuve dos años solo, yo transmitía solo, no había compañero. Así empecé».

Aquello ocurrió en el año 1963. Desde entonces comenzó lo que sería la profesión de su vida. En aquellos años transmitió partidos de la extinta American Football League, la AFL, que posteriormente terminaría por fusionarse con la NFL. En concreto, al hablar de Fernando Von Rossum estamos hablando de uno de los pioneros de las transmisiones del futbol americano profesional en nuestro país, y estamos hablando también de uno de los primeros que lo hizo con un profundo conocimiento del deporte. Este conocimiento y sus lecturas, pues desde siempre había sido un ávido lector, le permitieron afianzar su lugar en las narraciones deportivas, a pesar de su juventud. Fernando Von Rossum recuerda las primeras transmisiones de futbol americano.

«Fíjate que casi no había narradores de futbol americano en México, creo que el ingeniero Kenny fue de los primeros, el papá de Pepe (Espinosa) y de Roberto, pero no me tocó trabajar con él. Yo cuando incursioné ya nacionalmente, digamos, fue con TIM (Televisión Independiente de México), el Canal 8. El Canal 6 obtuvo la franquicia del Canal 8 del D.F., Puebla y Veracruz. Eran cuatro canales. Entonces empezaron a pasar los partidos colegiales universitarios de Estados Unidos, fui yo y un año lo hice solo, otra vez. Luego, un señor que trabajaba en una de las empresas se acercó y así poco a poco se fue acercando gente y empecé ya a trabajar con ellos».

Un par de meses después de su afortunado ingreso a la narración deportiva, que hasta ese momento había hecho sólo en radio, se presenta para don Fernando Von Rossum un acontecimiento que sería un parteaguas en su incipiente carrera.

«Yo empecé a transmitir los juegos fuera de cámara, puro audio, eso quita mucha presión. Y el 22 de noviembre de 1963 llegué a casa después de clases, suena el teléfono y me dicen: “Te habla Alejandro Roque, del Canal 6”. —¿Qué pasó Alejandro? —Que te vengas de inmediato dice don Humberto Cantú Tijerina, el gerente, acaban de balacear al presidente Kennedy en Dallas, tú eres el que sabes inglés y vamos a entrar al aire directo, conectados con Estados Unidos—. Pues agarro el carro y ahí voy. Llego al canal, subo a la oficina de don Humberto y me dijo él: —Vas a salir al aire. —¿Pero cómo?—. Yo venía en camisa, venía del laboratorio. Se quitó la corbata, me la puso; se quitó su saco, que me quedaba al doble, me lo puso y dijo: “Bájate al estudio, ahí está Rogelio González —un famoso director y guionista de cine—, él es encargado de producción, ya nada más te están esperando”. Bajo, me paran ahí, en frente de la máquina de videocintas, me ponen el micrófono y me dicen: “habla”. Y ahí estuve tres días hablando de esa noticia tan terrible para el mundo. Ese fue mi bautizo de fuego. Si me puse nervioso no me acuerdo, yo creo que no tuve tiempo ni de pensarlo».

“El cronista es un mediador. Si el juego es muy interesante, muy emocionante, hazte a un lado, deja que la emoción salga de la pantalla, del estadio, del público y nada más complementa.”

Fernando Von Rossum continuó su ingeniería al mismo tiempo que narraba partidos de futbol americano. Luego buscó trabajo, en empresas, donde pudiera desempeñarse como ingeniero pero finalmente llegó el momento en que tuvo que escoger y se inclinó por las transmisiones de futbol americano. Se enfrentó entonces a la tarea de formar una audiencia, de ayudarla a comprender un deporte que les resultaba poco conocido.

«Eran muy primitivas las transmisiones de futbol americano. No había información. Ahorita sobra información. Nosotros íbamos a conseguir algunas dos o tres revistas a Estados Unidos para tener una idea de los cambios de los equipos, de los cambios de reglas; no había Internet, no había páginas web, no había nada. Tú tenías que prepararte como pudieras. Es obvio que no era de la calidad que es ahora, en el aspecto de contenido.

»Otra cosa, yo empecé a transmitir cuando este deporte era muy poco conocido, me di cuenta porque una vez hablando con una señora me dijo: “Oiga, yo no entiendo. Quise verlo pero que halfback y fullback y no entiendo nada”. Entonces pensé: “Hay que acercarlo a la gente mexicana, no todos dominan el inglés, no todos estudiaron en el extranjero, la gran mayoría somos mexicanos y hablamos el idioma español”. Entonces yo me agarré la lista de jugadores… “Vamos a ver: safety, ¿qué hace éste? pues es el último, el que está atrás, bueno: profundo; cornerback, el que está en las esquinas: esquinero; y el mariscal de campo y el corredor y así castellanicé todo lo que pude la transmisión. Si funcionó o no funcionó pues eso lo dirá o lo dice el público pero yo me sentí satisfecho, yo creo que nuestro idioma es rico y creo tiene lo suficiente para poder hacer una transmisión en nuestro idioma. Y esa fue una de las razones por las que al principio la gente no entendía, y luego ya nos adaptamos.

Aún están frescas las frases con que Von Rossum aderezaba sus narraciones: “¡Adiós Nicanor!”, decía al escaparse de un corredor hacia la zona de anotación. Y “¡Ya cantó la gorda!”, que anunciaba lo definitivo de un marcador aunque restaran minutos por jugarse. De sus transmisiones se recuerda su voz experta, el compañerismo y la generosidad con que siempre impulsó a sus compañeros, pero sobre todo el respeto por el deporte y por la audiencia a quienes siempre obsequió con narraciones inteligentes y precisas.

«Yo creo que, en primer lugar, nunca debemos los cronistas pensar que somos más importantes que el espectáculo. El cronista es un mediador. Si el juego es muy interesante, muy emocionante, hazte a un lado, deja que la emoción salga de la pantalla, del estadio, del público y nada más complementa. Y hay juegos que te salen malos, ahí sí echas recursos y anécdotas y algún chiste por ahí para que la gente que te está haciendo el favor y el honor de verte, pues se distraiga ¿verdad?, porque son pocos los juegos malos en la NFL pero cuando son malos llegan al extremo.

»Hay que ser muy flexible, dependiendo del partido, dependiendo del espectáculo, ahí es más o menos la intervención. Mi meta siempre fue que el público diga: “Ah, qué buena transmisión”. No que diga: “El cronista uno fue bueno, el dos fue mediocre, el tercero más o menos”… No, no, no. Somos un equipo los que transmitimos, igual que el que está en el terreno, entonces la transmisión es buena o es mala en equipo.

»Otra cosa, yo jamás grité. Yo creo que los gritos en este deporte no son necesarios, el deporte es tan emocionante que lo puedes dejar solo. Además, tomé como precepto siempre ir preparado y respetar al público, el público sabe».

Posteriormente a sus primeras narraciones, trabajó para Canal 12 de Monterrey donde sus transmisiones se hacían en conjunto con Canal 13, antes de que se convirtiera en TV Azteca. Sin embargo, por un empleo en Grupo Alfa que tenía convenios económicos con Grupo Televisa, tuvo que decidir entre Canal 13 o unirse a Televisa, empresa a la que ingresó en 1970 y donde hizo escuela, pues cobijó a unos muy jóvenes Toño de Valdés, Enrique Burak y Pepe Segarra, entre otros, que llegarían a considerarlo un maestro.

Sus primeros compañeros, sin embargo, fueron Víctor Serrato —un comentarista al que calificó de metódico y a quien se llevó de Monterrey a la Ciudad de México—, Jorge Berry y Roberto Keoseyán. En esas transmisiones a nivel nacional se formó en la audiencia un gusto por el futbol americano que aún perdura en nuestro país, del que Von Rossum asegura que es, después de los Estados Unidos, el país donde hay un mayor número de aficionados conocedores.

“Agarré la lista de jugadores… “Vamos a ver: safety, ¿qué hace éste? pues es el último, el que está atrás, bueno: profundo; cornerback, el que está en las esquinas: esquinero; y el mariscal de campo y el corredor y así castellanicé todo lo que pude la transmisión.”

Dejó Televisa en 1984, luego de que fuera nombrado Director de Canal 28 y Radio Nuevo León. Ahí llevó a dichos medios de comunicación a una época de prosperidad. Sin embargo, la NFL lo atraería nuevamente, ya que el director de Imevisión le instó a participar en las transmisiones que realizaban. Fue en ese entonces que conocería a un entrañable compañero con quien llegó a trabar una gran amistad: Pepe Espinosa. Como Von Rossum debía continuar con sus funciones directivas, Pepe Espinosa viajaba cada semana para realizar las transmisiones. De él dice Von Rossum: «Mi querido amigo y colega Pepe Espinosa, ese es aparte, ese fue un amigazo y sentí mucho su deceso. Transmitimos varios partidos juntos, muy contentos».

Posteriormente Von Rossum se alejaría de las transmisiones por algunos años, hasta que volvió a Fox Sports. Tras el fallecimiento de Pepe Espinosa, que era el responsable de las narraciones de la NFL en Fox Sports, la cadena tomó la decisión de renovar al equipo y después de insistirle para integrarse con ellos, finalmente se decidió a volver a la televisión. En dicha televisora trabajó cerca de diez años, hasta 2016, cuando anunció su retiro después de más de 50 años de carrera, más de 2000 partidos narrados y más de 20 Super Bowls transmitidos. La narración deportiva ha sido parte de su vida y es una profesión que ha resultado muy gratificante:

«Bueno, esta profesión es algo que nunca te aburre porque cada juego, como dicen los pilotos: “cada aterrizaje es diferente”, es diferente. Cada juego tiene sus cosas especiales, buenos, malos, marcas que se imponen, errores, comentarios, en fin, nunca se repite algo. Es por eso que nuestra carrera nos permite estar muchos años, creo yo, sin aburrirnos, porque aunque el juego es el mismo y es el mismo estadio y los jugadores son once, pero cada uno es diferente y te da la oportunidad de comentar algo nuevo».

Formar parte de los recuerdos de los aficionados al futbol americano, ser esa voz que en algún momento contribuyó al ánimo de un espectador, aceptar la responsabilidad de dejarle algo positivo a la audiencia, son los motivos que hicieron que Fernando Von Rossum tuviera clara su elección cuando debió decidir entre la ingeniería y las transmisiones deportivas.

«Yo en lo personal considero que una transmisión deportiva te permite dejar algunas enseñanzas, utilizando el deporte tú puedes influir un poco y ayudar. Te voy a poner un ejemplo, un día llegué a Televisa a transmitir y estaba un muchacho sentado ahí: —Oiga, lo estoy esperando. —Dígame. — Fíjese que yo vivo en San Luis Potosí, estaba en una tremenda depresión, pensaba en el suicidio y vi una transmisión suya, usted dijo una frase: “Como en el futbol americano, te golpean y te tumban y derrumban mil veces, y mil y una veces te levantas”. Y me levanté y aquí estoy para agradecérselo—».

Al recordar esta anécdota, el sentimiento se agolpa dejando un nudo en la garganta de don Fernando. Sin duda ese episodio le confirma que llegó a los corazones de los aficionados, que cambió su vida, que ayudó. Eso fue lo que siempre quiso. Logró su cometido. Y eso no tiene precio.

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