GRANDES MAESTROS

RAÚL ORVAÑANOS MARÍN

DESPUÉS DE DIEZ AÑOS COMO PORTERO PROFESIONAL, INICIABA UNA DE LAS CARRERAS MÁS LONGEVAS Y EMBLEMÁTICAS EN EL PERIODISMO DEPORTIVO MEXICANO.

Raúl Orvañanos Marín se retiró de las canchas de futbol a finales de 1973 y para 1974 ya era reportero en el Canal 13, de la extinta cadena Imevisión. Tenía 26 años. En esa época no era común que un jugador retirado incursionara en los medios de comunicación, salvo los casos de Juan Dosal y el legendario Fernando Marcos, hecho que coloca a Orvañanos como uno de los pioneros en una práctica que hoy es habitual: ex deportistas que se convierten en comentaristas o cronistas deportivos. Después de diez años como portero profesional, iniciaba una de las carreras más longevas y emblemáticas en el periodismo deportivo mexicano.

«Yo decidí hacerlo porque siempre me llamaron la atención los medios de comunicación. Cuando era niño, recuerdo perfectamente que jugaba futbol y al mismo tiempo narraba mis propios partidos en el lugar en que jugaba, que era un garaje. El balón rebotaba y yo lo narraba, desde muy pequeño me gustó esto. Además tuve un tío que fue un excelente comentarista de beisbol, Eduardo Orvañanos, y yo creo que por ahí también hubo una influencia»....

«Yo decidí hacerlo porque siempre me llamaron la atención los medios de comunicación. Cuando era niño, recuerdo perfectamente que jugaba futbol y al mismo tiempo narraba mis propios partidos en el lugar en que jugaba, que era un garaje. El balón rebotaba y yo lo narraba, desde muy pequeño me gustó esto. Además tuve un tío que fue un excelente comentarista de beisbol, Eduardo Orvañanos, y yo creo que por ahí también hubo una influencia».

“¡GOOOL DE L A F I E R A A A !”

A los 18 años debutó como futbolista profesional con el Atlante, enfrentando al Veracruz en el Torneo de Copa de 1963. Era el portero suplente y no esperaba participar en el partido. Cuando el entrenador dio la alineación en los vestidores y supo que sería titular, entró en pánico porque no había empacado el suéter de portero del uniforme, así que le pidió al utilero del equipo que saliera a la calle a conseguir algo, pues el encuentro estaba por comenzar. Minutos después de buscar en los alrededores del estadio, el utilero regresó con una playera amarilla que a Orvañanos le quedó diminuta y tuvo que jugar con ella. «Ese día aprendí que en el futbol aunque no juegues tienes que estar preparado». En 1966, el Atlante enfrentó al Santos de Brasil, en un partido amistoso en el estadio Azteca. En el equipo brasileño jugaba la estrella Pelé y el resultado del encuentro fue un empate 2 a 2 en el que destacó Raúl Orvañanos ya que, aunque recibió dos anotaciones, atajó varios disparos de Pelé y otros jugadores estelares de ese equipo como Toninho y Edu, evitó la derrota de los azulgrana. Esa actuación le atrajo comentarios positivos de sus colegas y de la prensa deportiva; de hecho, es el partido que más aprecia en su carrera futbolística.

Además de la camiseta del Atlante también defendió los colores del Zacatepec y el Atlético Español, con el que se retiró tras un conflicto con directivos del equipo. Fue convocado a la Selección Nacional tres veces. Tras su retiro como futbolista vivió un fugaz momento trabajando en publicidad, pero pronto encontró la manera de entrar a trabajar a la Televisión, gracias a su amigo Carlos Alazraki, que lo llevó a Imevisión. Raúl recuerda la primera vez que estuvo frente a una cámara: «Tuve que hacer entrevistas para Noti Trece y fui a entrevistar a mis ex compañeros del Atlante, yo acababa de jugar ahí y los conocía perfectamente; todos me recibieron muy bien y no tuve mayor problema para hacer la entrevista por la confianza que tenía con ellos. Poco a poco me fui desenvolviendo en las entrevistas, lo que me costó muchísimo trabajo fue narrar». Después de ser reportero para Noti Trece y posteriormente corresponsal de cancha en los partidos que transmitía Imevisión, Orvañanos fue especializándose en la narración y el análisis. Para enero de 1974, al dar inicio las transmisiones del programa DeporTV, fue elegido como conductor al lado de José Ramón Fernández, con quien hizo mancuerna desde entonces y hasta 1992, cuando Orvañanos decide irse a Televisa. Años más tarde, entre 1994 y 2006, competían por la audiencia, cada uno encabezaba los principales programas deportivos, José Ramón en TV Azteca y, Raúl en Televisa. Esta competencia hizo época en el desarrollo del periodismo deportivo.

Durante los 18 años que trabajó en Imevisión, Orvañanos narró partidos de primera división del Veracruz y Universidad. También participó en la cobertura de tres mundiales: España 1982, México 1986 e Italia 1990. Incluso llegó a transmitir partidos al lado de sus ídolos Ángel Fernández y Fernando Marcos, con quienes compartió la final del Mundial de 1982. Para el Mundial de México 1986, Imevisión produjo un programa trascendental para el periodismo deportivo en el país: Los Protagonistas. A partir de este año la manera de contar los deportes en los medios de comunicación mexicanos se transformó gracias al formato que incluía mesa de discusión, enlaces de corresponsales en los campamentos de los distintos equipos o tomas a nivel de cancha durante los partidos. Raúl Orvañanos formó parte del equipo integrado por personajes como Rafael Puente, Carlos Albert, Fernando Marcos e Ignacio Trelles, por mencionar algunos.

“Siempre me llamaron la atención los medios de comunicación. Cuando era niño, recuerdo perfectamente que jugaba futbol y al mismo tiempo narraba mis propios partidos en el lugar en que jugaba, que era un garaje. El balón rebotaba y yo lo narraba, desde muy pequeño me gustó esto.” televisora más grande de México y Latinoamérica, que tenía un plan para renovar su equipo de periodistas deportivos y disputar la audiencia cada vez mayor de Imevisión debido a la variedad de programas como En Caliente, DeporTV y Los Protagonistas.

Hasta ese momento en Televisa no había programas de análisis y crítica. Producían Acción, que se limitaba a dar resúmenes y resultados de las distintas jornadas deportivas del fin de semana. Necesitaban un programa para competir con DeporTV, un programa que incluyera más debate y análisis. Entonces surgió La Jugada, una propuesta de Raúl Orvañanos que inició transmisiones en 1993. Originalmente se transmitía los martes en la noche y después los domingos en la noche, por Canal 4; a los dos años lo pasaron al Canal 2, donde a la fecha se mantiene como el principal programa editorial de Televisa Deportes. Orvañanos ha declarado que se considera afortunado por haber tenido la oportunidad de participar en los que él considera los dos programas de futbol más importantes de la televisión mexicana: DeporTV y La Jugada.

En el Mundial de Estados Unidos 1994 llegó el reconocimiento masivo para Raúl Orvañanos, en ese momento narrador principal de los partidos del América y de los partidos de la Selección Nacional, junto a Enrique El Perro Bermúdez. Los mundiales de Francia 1998 y Corea- Japón 2002 marcaron la cumbre de su carrera como narrador y, en esos años el programa La Jugada se consolidó como el producto más atractivo de Televisa Deportes y la principal competencia de DeporTV, colocando a Orvañanos como la figura central del periodismo deportivo en esa empresa y una de las más relevantes del país.

En 2006, la situación cambió radicalmente para él cuando el entonces director de Televisa Deportes, Javier Alarcón, decidió retirarlo de los programas Sólo DFutbol y La Jugada para las transmisiones de la Copa Mundial en Alemania, limitando su labor a narrar partidos. El hecho de ser apartado de los programas que había creado, y de los cuales era el conductor principal, molestó a Orvañanos al grado de renunciar a la empresa 15 días después de terminado el Mundial, 14 años después de su debut en Televisa en un clásico América contra Chivas.

Desde entonces trabaja en FOX Sports, donde conduce los programas Cara a cara, La previa y Fox Gol México; además narra los partidos de Concachampions, Copa Libertadores y los juegos como local del León (de la Primera División mexicana). Con esta empresa ha participado en las coberturas de los mundiales de Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y Rusia 2018. Aunado a su carrera televisiva, Orvañanos ha escrito para diversos periódicos y ha narrado y conducido programas radiofónicos desde los ochenta. Su programa La Fórmula es… Orvañanos se transmite, desde 1997, todas las tardes de lunes a viernes por las diversas estaciones de Grupo Fórmula. Estos años de experiencia le han permitido observar las diferencias que existen para ejercer el periodismo deportivo en los distintos medios de comunicación:

«La diferencia entre radio y televisión es que, como narrador, en la radio tienes que llevar de la mano al radioescucha, tienes que decir que el balón va por la derecha, cruzando el medio campo, que se acerca al área por tal lado, que ya tiraron un centro, que el portero sale, le tienes que definir el ambiente del estadio. Cuando lo estás narrando por televisión, no tienes que ser tan descriptivo porque la gente lo está viendo, debes tratar de darles otro panorama, hablar inclusive del sistema, de lo que no ven. Que por el lado izquierdo va llegando Pérez, que le pueden tocar. Esa es la diferencia. Y es uno de los problemas de la actualidad, una gran cantidad de la gente joven que está iniciando hace radio en televisión».

En un fragmento que circula en internet de una emisión de Los Protagonistas de 1984, después del triunfo en la final de liga del América sobre Cruz Azul, José Ramón Fernández y Orvañanos analizan el partido. En un momento del debate José Ramón confiesa abiertamente que quería que triunfara Cruz Azul y manifiesta su molestia por la victoria del América, al tiempo que cuestiona a Orvañanos por asumir una posición imparcial y no inclinarse por alguno de los equipos, a lo que Orvañanos responde que esa debe ser la postura de los periodistas: ser neutrales, sin favoritismos.

Este momento ejemplifica la innovadora dinámica que aportaba una nueva forma de practicar el periodismo deportivo; no solo se informaban los resultados y se mostraba un resumen con las jugadas más destacadas, también había una discusión abierta más allá de lo que pasaba en el campo de juego y que implicaba que los periodistas adoptaran una posición crítica y una postura concreta. También refleja el estilo que ha distinguido y diferenciado la carrera de Raúl Orvañanos, el rostro afable de la crítica deportiva, la voz cordial y el tono positivo de las narraciones. Un estilo propio que ha pulido a lo largo de más de cuatro décadas.

«Trato de ser objetivo, transmitirle a la gente lo que está pasando. Sí es importante que no tengas un equipo favorito durante la transmisión, pero también es difícil porque si tú transmites tres años al América y el América juega muy bien pues el equipo te acaba cayendo bien, aunque no le vayas. Pero luego te vas a transmitir a los Pumas y te caen bien, luego el León. A mí me han dicho que soy americanista, me han dicho que soy puma, me han dicho que soy del Pachuca, que soy del León. Es lógico porque te ven ahí, pero realmente yo soy del Atlante, lo he sido siempre y lo seguiré siendo hasta el día que me muera. »Soy de una generación diferente en los medios de comunicación, de la que creo que nada más quedamos José Ramón Fernández y yo. Cada quien con su estilo y cada quien por su lado, creo que hemos hecho cosas trascendentales».

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