VOCES DE AYER

ALONSO SORDO NORIEGA

CONQUISTADOR POR CARÁCTER, COMO LE DEFINEN QUIENES LOS CONOCIERON, ALONSO SORDO NORIEGA EJECUTÓ SUS SUEÑOS TANTO COMO SE LO PERMITIÓ EL TIEMPO. FUE UN HOMBRE DE VOLUNTAD INQUEBRANTABLE Y PASOS FIRMES.

Conquistador por carácter, como le definen quienes los conocieron, Alonso Sordo Noriega ejecutó sus sueños tanto como se lo permitió el tiempo. Fue un hombre de voluntad inquebrantable y pasos firmes, cuya labor incansable crearía antecedentes importantes para el desarrollo de la radiodifusión en México. Su nacimiento, un tanto accidental, en Asturias, España, de donde era originario su padre, marcó el inicio de su vida y más adelante marcaría también el último de los episodios de su existencia. Con el tiempo Sordo Noriega llegó a erigirse como uno de los grandes locutores de nuestro país. Jacobo Zabludovsky, quien fue su pupilo cuando inició en la radio, decía de su tutor: “Un cronista formidable, yo era un enorme admirador de él. Es el más grande periodista de radio que yo he conocido en mi vida. Todo lo que yo sé se lo aprendí a él y no aprendí nada más nunca, más que lo que él me enseñó: a narrar por radio, a narrar algo para el oído, donde no ves nada, no hueles, no sabes la distancia, no sabes si es de día o de noche, te entra por el oído”.

Con el tiempo Sordo Noriega llegó a erigirse como uno de los grandes locutores de nuestro país. Jacobo Zabludovsky, quien fue su pupilo cuando inició en la radio, decía de su tutor: “Un cronista formidable, yo era un enorme admirador de él. Es el más grande periodista de radio que yo he conocido en mi vida. Todo lo que yo sé se lo aprendí a él y no aprendí nada más nunca, más que lo que él me enseñó: a narrar por radio, a narrar algo para el oído, donde no ves nada, no hueles, no sabes la distancia, no sabes si es de día o de noche, te entra por el oído”. ...

Maestro de la radio, supo dominar todos los aspectos de la locución. Sus inicios en el medio del sonido se remontan a su participación en la XEFO, “La voz de la metrópolis”, tal como se anunciaba dicha estación. Era una emisora modesta, sin embargo Alonso Sordo dio pie a que con su gran carisma atrajese la atención de uno de los medios más grandes de la época: la XEW, que no dudo en atraerlo a sus filas.

Allí figuró entre aquellas primeras generaciones de locutores, por su naturalidad, ingenio, inteligencia y elegancia, que constituían las cualidades de su estilo personal. Se recuerda que uno de sus programas más entrañable fue Investigador policiaco del aire, donde reunía a familias separadas a consecuencia de la Revolución Mexicana. Como es sabido, muchos de los soldados de la revolución se unieron a la causa al pasar las caravanas de soldados por sus alejados pueblos, o fueron levantados y obligados a sumarse a uno de los muchos bandos rebeldes que en aquel momento se formaron alrededor de algún caudillo. Estas y otras eventualidades, forzaron las separaciones que luego Sordo Noriega, resolvía felizmente para la audiencia, creando un formato original para aquellos primeros años de la radio.

También trabajó para otras radiodifusoras. Se cuenta que la primera emisión de lo que conocemos hoy como La Hora Nacional inició, el 25 de julio de 1937, con la intención del Gobierno Federal de estrechar la comunicación con la sociedad mexicana y fortalecer la integración nacional a través del idioma, la cultura, las tradiciones y creaciones artísticas nacionales, quedando a cargo de aquellas primeras emisiones, Alonso Sordo Noriega, quien transmitía para la XEDT. Actualmente dicho programa se transmite a nivel nacional, a través de todas las estaciones de radio del país, los domingos por la noche.

Su recorrido por la XEW, le ganó gran reconocimiento y fama a nivel nacional, pues dicen que con oír su voz en la calle, la gente le reconocía. Pero también le atrajo un encargo que habría de transformar el curso de su carrera.

El candidato presidencial de aquel entonces, Manuel Ávila Camacho, le contrata para que abra sus presentaciones. La facilidad en el trato de Sordo Noriega, cautivaba a los asistentes de aquellos mítines. Aquel año de 1940, lo pasan en intensa campaña, de un acto a otro, y se forma entre ellos una amistad y alianza que perduraría con los años.

Precisamente debido a esa relación entre el que a la postre resultó electo presidente de México y Sordo Noriega, originó que este último fuese designado director de la XEX. Ávila Camacho tenía la idea de crear una radiodifusora capaz de competir con los gigantes de la industria: la XEW y la XEQ, que acaparaban el mercado y, paso a paso, se establecían como dominantes hegemónicas de las comunicaciones mexicanas. Ese proyecto descansaba en su amigo Sordo Noriega y en la XEX.

Con la compra del equipo necesario, que Sordo Noriega adquirió a nombre de la XEX, en una subasta gubernamental, la estación se convirtió en la radiodifusora más potente del mundo en aquel momento, que operaba con 500 mil watts de potencia y podía ser escuchada a lo largo y ancho del orbe. Su alcance era mayor al de la BBC de Londres, que transmitía con 300 mil watts. Prueba de ello fueron los mensajes que llegaron de lugares recónditos del mundo, como Australia o algunos países de África, desde donde se reportaban escuchas.

El lanzamiento de la estación se acompañó con una gran fiesta de inauguración el 30 de octubre de 1947, para la cual se contrató, en un acto inaudito, el Palacio de Bellas Artes y a múltiples artistas y músicos renombrados. Se dice que semanas antes se mandó a colocar un bulbo enorme, parte del equipo tecnológico que se usaría, en la tienda de ropa de etiqueta para caballeros Casa Rionda, en la que se anunciaba que dicho bulbo era parte de lo que sería la nueva emisora de radio, creando gran expectación en la gente.

Llegar a ese momento de júbilo inaugural no fue fácil, el equipo adquirido para la estación era de gran novedad para México y para el mundo, pues fue fabricado de manera especial por encargo del gobierno alemán en la época de la Segunda Guerra Mundial para hacer llegar propaganda subversiva desde Chihuahua hasta Estados Unidos. Por un acuerdo bilateral entre México y el país vecino del norte, el equipo se expropió y más adelante sería subastado. Los ingenieros a cargo se enfrentaron a un reto descomunal: armar una estación de radio sin tener un solo diagrama para montar la tecnología disponible.

Finalmente, el ingeniero Walter Cross Buchanan y su equipo de colaboradores del ESIME, del Instituto Politécnico Nacional, lograron llevar a bien el proyecto. Cuentan que el equipo era de tal novedad que si hacía falta alguna pieza, el ingeniero Buchanan tenía que diseñarla y en ocasiones fabricarla. Las torres de transmisión quedaron instaladas en el rancho La Herradura —antes propiedad de Ávila Camacho— y los estudios y oficinas se ubicaron en la colonia Roma de la Ciudad de México, en la calle Córdoba.

La XEX, La voz de México, se consolidó bajo la dirección de Sordo Noriega, como una de las grandes a pesar de las rencillas que a menudo tenía con otros dirigentes por el poder de la estación. Ahí trabajaron grandes actores, músicos, e intérpretes de aquellos años. También se formaron los locutores que habrían de marcar el periodismo de las siguientes décadas, como Jacobo Zabludovsky, Gonzalo Castellot, Pedro Ferriz, Rafael Cutberto Navarro, Pedro de Lille, Humberto G. Tamayo, Germán Figaredo, entre muchos otros. A todos ellos Sordo Noriega los instruyó en las bases de la radio. Les formó, y al mismo tiempo, hizo prosperar al ambiente radiofónico del país, llegando a opacar a las otras estaciones.

Fue don Alonso Sordo Noriega quien dio uso por primera ocasión en México la Frecuencia Modulada, antes de que se le diera uso comercial, para enviar la señal desde los estudios en Córdoba 48 hasta el rancho La Herradura.

Como locutor transmitió las carreras panamericanas, que atravesaban el país en automóviles por la diversa geografía de México a lo largo de miles de kilómetros, y perteneció a ese grupo de periodistas deportivos pioneros como Agustín González Escopeta, el Mago Septién, Jorge Alarcón, Antonio Andere, que narraron por primera vez un deporte en nuestro país. En su caso, Alonso Sordo Noriega fue el primer cronista taurino al aire y transmitió, para los aficionados a los toros, todas las eventualidades de la plaza El Toreo.

“Fue Sordo Noriega el primer cronista taurino del aire que hizo sentir por medio de su palabra culta, original y brillante, lo que ocurría en la plaza El Toreo. Como hemos dicho, fue un furibundo garcista, recto y firme. Era para la afición un torrente de palabras bien dichas y mejor sentidas”, dice el periodista Rafael Flores Ramos.

Pero además tuvo tiempo de incursionar en la narración de box y futbol, donde se conoce que transmitió varios partidos que nunca se llevaron a cabo, inventando completamente todas las peripecias de un encuentro nunca ocurrido. En su haber destaca también la realización de incontables entrevistas.

Aunque era de madre mexicana y se declaraba “más mexicano que el pulque”, el corto esplendor de la XEX provocó que otros empresarios utilizaran sus influencias para expulsarlo del medio. Así, le quitaron la concesión de la radiodifusora, por su nacimiento asturiano, ya que por ley no podían darse concesiones de radio a extranjeros de nacimiento y la estación pasó a manos del Estado. El 20 de Mayo de 1949, luego de un arduo proceso legal, a punto de recuperar la estación y con planes para implementar una televisora, murió de un infarto el locutor que con su dinamismo inició una nueva era en las transmisiones del país.

FOTOS

VIDEO

SUSCRÍBETE A NUESTRO NEWSLETTER

Mantente actualizado y recibe las últimas noticias sobre Voces del Deporte Mexicano