VOCES DE AYER

ANTONIO ANDERE DAHER

CRONISTA DE RADIO Y TELEVISIÓN, ANTONIO ANDERE DAHER ES CONSIDERADO UN ÍCONO DEL PERIODISMO DEPORTIVO. UN FUNDADOR DEL GÉNERO EN NUESTRO PAÍS EN EL PERIODISMO, LA CRÓNICA, LA RADIO LOCUCIÓN Y LAS TRANSMISIONES TELEVISIVAS.

Cuando se le menciona como experto de futbol, no es una aseveración hecha a la ligera, Antonio Andere era capaz de rememorar los inicios de cada uno de los equipos mexicanos; las anécdotas de esos primeros episodios de profesionalización cuando los equipos provenían de sindicatos, deportivos locales o asociaciones amateurs; los apodos de los jugadores que fueron los pioneros del deporte y, en fin, era capaz de rescatar de su memoria prodigiosa la historia completa de la liga nacional con nombres y apellidos.

Por poner un ejemplo, en una entrevista recordó que, en sus inicios, el equipo Necaxa era controlado por la Compañía de Luz y que, en ocasiones, en lugar de pagarles un salario a los jugadores, se les ofrecía trabajo temporal en la compañía a manera de remuneración. Dijo que fue este mismo equipo el que le entregó al futbol mexicano uno de sus episodios más gloriosos al derrotar al Santos de Pelé por un marcador de 4 a 2. Y así, Andere podía relatar todo aquello que conocía de primera mano, siempre con el rigor y la humildad de abstenerse de dar una opinión acerca de un tema que desconociera....

Antonio Andere era capaz de rememorar los inicios de cada uno de los equipos mexicanos; las anécdotas de esos primeros episodios de profesionalización cuando los equipos provenían de sindicatos, deportivos locales o asociaciones amateurs; los apodos de los jugadores que fueron los pioneros del deporte y, en fin, era capaz de rescatar de su memoria prodigiosa la historia completa de la liga nacional con nombres y apellidos.

Cronista de radio y televisión, Antonio Andere Daher es considerado un ícono del periodismo deportivo. Un fundador del género en nuestro país en el periodismo, la crónica, la radio locución y las transmisiones televisivas. Aprendió el oficio desde muy joven. A los diecisiete años ya se había iniciado en estos andares. Siendo aprendiz tuvo como maestro a Alejandro Aguilar Reyes, alias Fray Nano, quien –entre otras cosas– implementó en México las observaciones de la Liga de Beisbol Norteamericana y ayudó a inaugurar la Liga Mexicana de Beisbol; además, ofició en 1930 un semanario deportivo que se convertiría en el primer periódico deportivo de nuestro país: La Afición, del cual fue director.

A partir de 1933, y bajo la tutela de Fray Nano en La Afición, el joven Antonio Andere prosperó y supo aprender los gajes del oficio en el mundo periodístico. Se convirtió en el hombre de confianza de Fray Nano, lo que le otorgó el privilegio de cubrir el futbol desde que éste comenzó a popularizarse a finales de los años treintas. Su columna Puntos de vista, se convirtió en un referente del periodismo. Posteriormente, se le confió la cobertura del boxeo y, más tarde, se convirtió en subdirector de La Afición. Junto a plumas como las de Fernando Marcos y Manuel Seyde llevó a La Afición al punto culmen de su existencia periodística.

Con el fallecimiento de Fray Nano en 1961, a causa de una afección cardiaca empeorada por la diabetes, Andere se convertiría en el sucesor de su maestro y lo supliría como director, desde ese momento hasta 1980, cuando el periódico fue comprado por el dueño de El Universal. Tras su paso por La Afición, dirigió el periódico Esto a partir de 1981, donde tuvo una columna llamada Expresión, muy seguida por los aficionados al deporte. Ocupó este puesto hasta 1990, pero se mantuvo como columnista por muchos años más.

Entre sus experiencias como periodista destaca su reseña del “Maracanazo” (aquella derrota de Brasil contra Uruguay, por marcador de 1 a 2, en la final de la Copa del Mundo Brasil 1950, la cual provocó desolación a todo el país dado que se hacían ganadores debido al talento de su selección y su condición de local) fue considerada una verdadera obra de arte periodístico y llegó a publicarse en muchos países por su potencia narrativa.

Para el Dr. Alfonso Morales, quien trabajó con Antonio Andere, era un hombre verdaderamente culto y mesurado, con una disposición al diálogo siempre viva y de pronunciaciones bien sopesadas. Contrario a lo que pudiera pensarse, Andere fue docto en todo el espectro del deporte nacional. Alfonso Morales cuenta que Andere, junto con Salvador Lutterroth –empresario al que se le considera padre de la lucha libre mexicana– trajeron a Wolf Rubinsky, quien no sólo destacó en el pancracio sino que se convirtió después en ídolo del cine nacional.

Por último, hay que destacar su vinculación al boxeo y es que ningún espectador del pugilismo de aquellos años podría ignorar la voz de Andere, quien fue considerado uno de los expertos más destacados del boxeo a nivel mundial. Lo atestigua el hecho de que fue promotor y apoderado de boxeadores; las memorias que escribió sobre su vida en el boxeo y que se convirtieron en un referente dentro de las lecturas relacionadas con el box y las decenas de ocasiones en que transmitió para Televisa peleas de campeonato junto a otros narradores como Sonny Alarcón y Alfonso Morales.

Cuando le preguntaron a Eduardo Lamazón, cronista especializado en boxeo, cuáles son los grandes personajes de la narración televisiva de box en México, contestó: “Te voy a dar cinco nombres: Agustín Álvarez Briones, Antonio Andere, Jorge Alarcón, el doctor Alfonso Morales y Carlos Aguilar”. De Antonio Andere destacan sus narraciones porque eran excelentes, precisas, verídicas, con un manejo magistral del lenguaje y con chispazos de inventiva divertida, como aquella vez que en la pelea de Julio César Chávez contra Pernell Whitaker se refirió a este último de la siguiente manera: “Un correcaminos es una tortuga artrítica comparado con este Pernell Whitaker”.

De todas aquellas peleas narradas por Andere, hay una en particular que la gente recuerda, tanto por el nivel de la pelea como por la calidad de la transmisión, aquella entre Salvador Sánchez y Wilfredo Gómez. Esa pelea causó un gran revuelo, pues ambos contendientes habían demostrado gran técnica y poder de puños. Cuentan que Puerto Rico, de donde era oriundo Gómez, vivió una algarabía de carnaval en las horas previas a la pelea y un luto nacional cuando el mexicano salió vencedor. “Repiqueteando a dos puños”, narraba Andere la combinación de Sal Sánchez. Y luego, “...allá va Wilfredo Gómez, impelido por su orgullo, por su amor propio de un hombre que nunca ha conocido la derrota... habrán ustedes observado y se habrán impresionado con nosotros por el aspecto que tiene, el estado que guarda ese tumefacto y desfigurado rostro de Wilfredo Gómez, pero el corazón lo mantiene entero”, así describiría Antonio Andere el constante avance de Gómez a pesar de su derrota inminente.

Un 12 de diciembre, a los 88 años, falleció aquel que será recordado como la voz del boxeo de una generación.

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