VOCES DE AYER

ÓSCAR “EL RÁPIDO” ESQUIVEL

ÓSCAR ESQUIVEL ES RECORDADO COMO UN FERVIENTE ENAMORADO DEL BEISBOL Y GRAN IMPULSOR DEL MISMO, UN PUBLICISTA INVOLUNTARIO. CON SU VOZ AGUARDENTOSA SUPO ATRAPAR LA IMAGINACIÓN DE LOS AFICIONADOS Y TAMBIÉN DARLE GRANDEZA AL DEPORTE POR EL QUE SINTIÓ GRAN PASIÓN.

"Vemos allá, al Cananea Reyes pegando voces enchamarrado, muy elegante ¿será la última vez que se ponga la chamarra en este invierno el Cananea? ¿Usted sabe? Yo tampoco”, narraba con simplismo agradable Óscar Esquivel en los tiempos en que la crónica de los deportes por radio es recordada como magia pura. Aquella época en que los escuchas se enganchaban a la radio por las divertidas narraciones de partidos de beisbol del también conocido como El Rápido Esquivel.

Juan Villoro lo recuerda como una figura que marcó su infancia “porque tenía la capacidad de reinventar los partidos, era muchísimo más divertido escuchar un partido si lo contaba él... Gracias a estas narraciones asocio, desde entonces y para siempre, el futbol a la palabra”. Por su parte, Heriberto Murrieta describe: “La sensación de estar a su lado es parecida a la de quien escucha un estruendo de fuegos artificiales con lluvia de chispas encendidas. Su palabra surge llena de pólvora”....

Esquivel es recordado como un ferviente enamorado del beisbol y gran impulsor del mismo, un publicista involuntario. También incursionó como narrador en vueltas ciclistas y en las transmisiones de partidos de futbol, especialmente encuentros del equipo Cruz Azul y de Los Diablos de Toluca. Sin embargo, fue con los otros Diablos, los de México, y con el “rey de los deportes” donde hizo gala de su talento como narrador. Basta escuchar unos minutos de cualquiera de sus narraciones para comprender la picaresca,labia y gran sentido del humor que adornaban sus locuciones.

Siempre buscaba el humor, en cada frase, en cada pichada, cada strike, cada batazo, haciendo un contraste que deleitaba entre el comentario relajado y distendido con sus colegas y el relato de escándalo vertiginoso de las acciones en el diamante. “Huyeron como cobardes, no volverán”, decía al terminar una entrada más. “Atrás, El Abulón la pide hablando, pues yo creo que en ‘alvaradeño’ porque no le entendió nadie”, apuntaba cómico sobre el malentendido entre compañeros de un mismo equipo. Es considerado uno de los pioneros de las transmisiones televisivas.

Los recuerdos se agolpan en la memoria de los aficionados a las narraciones de Óscar Esquivel, un hombre que supo consentir a los seguidores del beisbol con su ágil mente y múltiples ocurrencias. Cuentan que en el estadio del Seguro Social había un anuncio espectacular de la cerveza Corona. Cuando la pelota se alzaba hacia la publicidad cervecera y remataba en la lámina El Rápido decía: “Batazo, largo, alto, la bola vuela, vuela, voló. Allá donde dice Corona. ¡Salud!”. Y cuando ponchaban a un jugador: “Ese quedó strikeout. Igual que Rosita Álvarez, de tres tiros lo mató”. Dicen que poseía la cualidad de exhibir al “rey de los deportes” en todo su esplendor sin opacar nunca el juego, pero sí exhibiendo su dominio de las artes oratorias y, sobre todo, de su conocimiento profundo y extenso de todo lo relacionado con el deporte.

Inició en la radio como ayudante de operador en la XEX, en el año 1947. El Parque del Seguro Social, hogar por muchos años de los Diablos Rojos, donde narró juegos desde 1964, no fue el único espacio desde donde su voz aderezó las transmisiones. También narró partidos para los Naranjeros de Hermosillo junto a Fausto Silva, para los Tomateros de Culiacán y, finalmente, para los Potros de Tijuana. Además, transmitió algunas Series Mundiales y Series del Caribe. Todo esto lo hizo desde distintas frecuencias radiofónicas como XEB, XEX, RCN, XEMX, Radio 590 y XEQ.

En las transmisiones de los Diablos Rojos de México su compañero era Jorge Sonny Alarcón. Y quienes transmitían a los Tigres, equipo rival de los Diablos, eran El Mago Septién, Enrique Llanes y Nachito Hernández. Este enfrentamiento de cabinas radiofónicas que ocurría a la misma hora, las 7:30 p.m., condimentó por muchos años la rivalidad entre Tigres y Diablos, conocida como “la batalla civil”. Se cuenta que no era difícil hallar personas escuchando ambas transmisiones.

Al parecer la gente disfrutaba tanto de las crónicas de Óscar Esquivel, que incluso aquellos que asistían al estadio comenzaron a llevar pequeñas radios portátiles para no perderse la transmisión. El anecdotario de sus narraciones radiofónicas es vasto. Una que habla de su carácter dicharachero y de bromista despreocupado es aquella del periodista Ignacio Matus. Cuenta que al caminar por los palcos de los cronistas en el estadio del Seguro Social, El Rápido lo llamó: “—Nacho, Nacho, ven, cúbreme, voy al baño. —Pero yo no sé narrar beisbol—, contestó el entonces joven periodista. El Rápido lo convenció diciéndole que tardaría muy poco. Conforme pasaban las entradas Ignacio Matus lo pasaba peor y se percataba de que la gente que llevaba radios portátiles volteaba a la cabina de transmisión sonriendo por las incoherencias del locutor. Al terminar la séptima entrada corrió a buscar a Esquivel y lo encontró en plena carcajada con sus amigos, con quienes compartía unas cervezas.

SIEMPRE BUSCABA EL HUMOR, EN CADA FRASE, EN CADA PICHADA, CADA STRIKE, CADA BATAZO, HACIENDO UN CONTRASTE QUE DELEITABA ENTRE EL COMENTARIO RELAJADO Y DISTENDIDO CON SUS COLEGAS Y EL RELATO DE ESCÁNDALO VERTIGINOSO DE LAS ACCIONES EN EL DIAMANTE.

“Hay cuatro embasados”, dijo en una ocasión al ver que un equipo poseía hombres en las tres bases. Su compañero de transmisión le corrigió: “Rápido, son tres los que están en base”. El Rápido levantó su mano derecha con un vaso y dijo: “¿Y qué, ésta no cuenta?”.

Lo mismo bautizó jugadores como “Brazo fuerte” a Felipe Leal, “Abulón” a Ramón Hernández, “Jet” a Ramiro Guzmán, “Super Ratón” a Héctor Zamudio; que a la octava entrada como “La antesala del infierno”; que taquillas, como aquella del Parque del Seguro Social por donde salía la bola de foul, como “Xochicalco Street”. También hizo frases que marcaron época en el deporte. “Si tiene un enemigo, no lo ahorque, no lo queme, no lo fusile, métalo de umpire”. “La bola salió en lunes y le tiró en miércoles”. “La pelota se va, se va, se va, huye como cobarde, llega al Viaducto, alcanza Tlalpan y ya la vemos rumbo al Zócalo”. O aquella en que invitaba a los escuchas: “Amigo, qué hace en casa, venga al Parque, lo estamos esperando para que gane su quiniela”. “¿Hay cariño o no hay cariño?”, también para arengar al público a mostrar su apoyo.

CRÓNICAS DEPORTIVAS

FOTOS

VIDEO

SUSCRÍBETE A NUESTRO NEWSLETTER

Mantente actualizado y recibe las últimas noticias sobre Voces del Deporte Mexicano