VOCES DE HOY

CAROLINA WEIGEND

CAROLINA SERNA WEIGEND, EXJUGADORA DE FUTBOL, ES UNA ES UNA DE LAS VOCES MÁS JÓVENES EN EL ÁMBITO DE LA COMUNICACIÓN DEPORTIVA EN MÉXICO CON UNA CARRERA EN ASCENSO COMO COMENTARISTA DEL DEPORTE

Parece que Carolina Weigend siempre tiene un balón de futbol con ella. En los promos del programa Adrenalina, que conduce con Javier Alarcón, Pablo Carrillo y Ramón Ramírez, ella y el exfutbolista aparecen jugando dominadas y lanzando pases entre las mesas de la redacción de Imagen TV, mientras conversan sobre lo que representa el deporte para ellos. En ese espacio también conduce una sección que se llama Le salió Caro a..., donde entrevista futbolistas y entrenadores mientras disputan un partido de futbol tenis. En sus redes sociales constantemente se le ve entrenando, dominando el balón, realizando retos de habilidad, jugando. No puede separarse de la pelota.

«Me motiva que quiero vivir del futbol. El futbol lo hago desde siempre. Si me hubieras preguntado hace 10 o 5 años, mi idea no era ser analista deportiva, era jugar futbol, pero no se dio. ¿Qué me inspira? Ser una mujer que habla de futbol, honrar eso y vivir de algo que me gusta. Qué padre y qué sencillo es, en el buen sentido de la palabra, poder ver el futbol y poder decir tu opinión y poder vivir de ello. Eso me inspira»....

Desde que tenía cinco años Carolina Weigend supo que su futuro estaba en las canchas de futbol. Y aunque no se desarrolló de la forma en la que originalmente lo tenía planeado, sí se gana la vida con su labor en el terreno de juego. De la mano de su padre, exjugador de futbol, dio sus primeros pasos en un campo de juego. Relata que fue en un partido Monterrey - León cuando supo que quería ser futbolista.

«Él me llevaba a los partidos y un día viendo un Monterrey contra León le pregunté a mi papá a qué se dedicaban los futbolistas y me dijo: —Caro, a jugar futbol. —¡Cómo! O sea, ¿les pagan por jugar futbol? —Sí—. Entonces volteé y le dije: — yo quiero ser futbolista—. Mi papá se rio, no en tono sarcástico, pero se rio y me dijo: —las mujeres no ganan por jugar futbol. —Yo voy a vivir del futbol, le dije».

Carolina vivió un momento amargo poco después de graduarse, pues a pesar de que se preparó como jugadora profesional de futbol, no encontró en ese momento apoyo para dedicar su vida al juego, principalmente por parte de la Federación Mexicana de Futbol. Poco después se creó la Liga Femenil MX, sin embargo no pudo participar dado que la categoría no es libre, hay un límite de edad, todos los equipos tienen como límite cuatro jugadoras de más de 23 años y sólo dos pueden jugar por partido. No pudo participar a pesar de haber dedicado su vida a prepararse para ello.

Sin embargo, admite que la apertura de la Liga es un gran paso para que en el futuro las mujeres tengan mayor participación en el futbol nacional: «Por un lado me alegro porque en 10 años va a haber muchas más mujeres, niñas deportistas jugando futbol. Y por otro lado me apena mucho que a las que sí hicimos todo para poderlo seguir jugando no se nos respetara».

Desde su época de jugadora, Carolina ha tenido rituales para salir adelante. Ahora como comentarista, asegura que no es diferente y siempre que entra al foro o a la cancha lo hace con el pie derecho, como hace tiempo lo hizo al entrar al terreno de juego como futbolista. En este medio, admite, su confianza radica en el conocimiento que tiene sobre el deporte que ama.

«La verdad es que lo único que me da seguridad es que sé hablar de futbol. Probablemente si estuviera en una mesa en la que hablara de moda sería bastante complicado poder decir tres palabras que rimen o tan siquiera que tengan algo de lucidez. Creo que el saber, el informarte, el estar al día, el ver partidos —porque al fin y al cabo en eso trabajamos los analistas—, es lo que te da confianza y es lo mejor del trabajo».

«La verdad es que lo único que me da seguridad es que sé hablar de futbol. Probablemente si estuviera en una mesa en la que hablara de moda sería bastante complicado poder decir tres palabras que rimen o tan siquiera que tengan algo de lucidez. Creo que el saber, el informarte, el estar al día, el ver partidos —porque al fin y al cabo en eso trabajamos los analistas—, es lo que te da confianza y es lo mejor del trabajo».

Carolina recuerda que su participación en el comentarismo de futbol fue intempestiva, a pocos meses de retirarse como jugadora. La primera ocasión que sostuvo un micrófono, los nervios hicieron presa de ella, a pesar de que domina el tema.

«Yo no estudié Comunicación ni Periodismo. Al principio, cuando me empezaban a foguear poquito, empezaba a dar previos más que nada para irme soltando. Hubo un momento en el que tenía que decir solamente cuatro palabras y me hice bolas, no podía decir ni siquiera las cuatro palabras. Fue muy feo, fue un momento muy duro, muy malo, me sentí muy mal. Salí, me sentía fatal, pero lo chistoso de eso es que al día siguiente mis seis compañeros me mandaron un mensaje en WhatsApp y me dieron mucho ánimo, me dijeron que estaban conmigo, que esto era de tiempo, que iba a salir. Al final, si ves del día uno de Caro y al día diez de Caro, evidentemente he evolucionado para bien. La práctica lo es todo».

A los 29 años de edad, con una carrera en ascenso, Carolina admira el trabajo de su tío Roberto Gómez Junco, primero porque lo considera un ejemplo al ser un ex futbolista que se ha dedicado después del retiro al comentario deportivo, pero sobre todo por su dominio del tema y la precisión en su manejo del lenguaje: «Es una persona muy capaz, muy inteligente y no te tiene que hablar tres minutos, con decirte dos palabras te da un panorama de cómo va el juego y eso se lo admiro

No obstante, hay una figura a la que admira desde pequeña, un jugador al que quería perecerse en la cancha y con quien, al paso del tiempo, colabora como colega en la mesa de discusión: «Cuando empecé a jugar, siempre usaba el número 7 porque mi ídolo, aunque soy regia y soy rayada, siempre fue Ramón Ramírez. Cuando me invitaron a Imagen TV, al proyecto Adrenalina, les pregunté quiénes eran los demás integrantes de la mesa. Imagínate cuando llegué y me dijeron que iba a trabajar con la persona por la que traía el número 7, imagínate cómo era mi pánico, lo veía y pensaba: “¡guau, estoy platicando con él!”. Y al paso del tiempo, evidentemente te vuelves amiga y compañera de estas personas y es bonito poder salir de una transmisión y que te diga Ramón: “Oye, vamos a desayunar para platicar del partido tal”. Qué padre esta profesión, que me da la posibilidad de poder trabajar y conversar con mi ídolo».

“Cuando empecé a jugar, siempre usaba el número 7 porque mi ídolo, aunque soy regia y soy rayada, siempre fue Ramón Ramírez. Cuando me invitaron a Imagen TV, al proyecto Adrenalina, les pregunté quiénes eran los demás integrantes de la mesa. Imagínate cuando llegué y me dijeron que iba a trabajar con la persona por la que traía el número 7, imagínate cómo era mi pánico, lo veía y pensaba: “¡guau, estoy platicando con él!”

Weigend considera que si bien la participación de las mujeres en el mundo deportivo actual avanza lento, el problema atiende más a una cuestión cultural, en la que se pone en duda la credibilidad de las aportaciones que ellas puedan tener al argumentar sobre deporte.

«Por ejemplo, si Martinoli dice que Nahuel Guzmán es un excelente delantero, aunque sea portero, van a decir: “sí, sí, sí, tiene razón”. Pero si yo digo que es un excelente portero, que a veces duda pero es bueno, se te queda viendo la gente: “no sé, no te creo del todo”. Entonces te discriminan en parte con la credibilidad, aunque sepas de lo que estás hablando, y eso es más que nada por nuestra cultura».

Al respecto, Carolina considera que en ocasiones se confunde la capacidad con la amenidad y que, en muchas otras situaciones, no se cumple un con una ni con otra cuando se habla de la plantilla de analistas en cada emisión especializada.

«Yo escucho, a veces, varones en transmisión que ni siquiera tienen la capacidad ni son amenos y siguen estando ahí. Es un poquito chistoso cómo se van por los hombres y por las mujeres. Personas capaces, para mí —es muy personal— está Geo González en Televisa; Paulina Benavente, una comunicadora de San Luis Potosí, una persona muy capaz; está Karina Herrera, de TDN; personas muy capaces, muy inteligentes y que también tienen esa picardía o ese carisma que le gusta mucho a la gente».

Con el camino recorrido en el mundo del cronismo deportivo, Carolina Weigend puede decir que esta profesión le ha permitido ver el deporte que la hace vibrar desde otra óptica. Sobre todo, asegura, le brinda la oportunidad de llevar a la audiencia las emociones que ella sabe, de primera mano, que se viven en el terreno de juego, aunque con ciertos cambios: «Cambia mucho, por lo que escuchas o ves cuando vas a un partido. Imagínate, vas a un partido de futbol de chiquita y ves y hasta te dan risas las personas que están gritando. Como cronista o analista es muy diferente, lo vives diferente».

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