VOCES DE HOY

CIRO PROCUNA

CON 28 AÑOS DE TRAYECTORIA, PROCUNA HA PARTICIPADO EN LA TRANSMISIÓN DEL SUPER BOWL DESDE LA EDICIÓN XXVI CASI ININTERRUMPIDAMENTE. EN ESPN ACTUALMENTE PARTICIPA EN VARIOS PROGRAMAS COMO ESPN AM, ESPN RADIO FÓRMULA Y NFL LIVE, DONDE DA CÁTEDRA DE SU PROFUNDO CONOCIMIENTO DEL DEPORTE QUE TANTO QUIERE.

En la profesión de periodista deportivo hay que iniciar temprano todos los días con un poco de estudio, enterarse de los eventos recién acontecidos, tener a la mano el universo de los distintos sucesos del deporte profesional. Si se va a informar a otros, habrá naturalmente que estar informado. Eso por lo menos, si ha de ejercerse la profesión con entrega. Esta ha sido la norma de Ciro Procuna Naveda durante casi treinta años de carrera. A menudo usa la frase «La distancia entre el querer y el poder se acorta con el entrenamiento», y parece regirse por ella:

«Yo definiría a Ciro Procuna como alguien que se dedica a lo que más le gusta, eso es una tremenda bendición que no todo mundo tiene y pues yo lo puedo hacer desde los 17 años. Imagínate. En ese aspecto soy alguien que ha recibido una bendición muy grande. De verdad, quiero mucho y respeto mucho esta profesión. Esta actividad la podría hacer hasta el último día de mi vida y por ese mismo respeto que le tengo siempre trato de estar lo mejor preparado para cada espacio que me toca al aire»....

Para él, se trata de ver a la profesión como un compromiso irrenunciable por hacer las cosas bien, como se debe; prepararse para cada transmisión, estudiar cada evento y si es posible hablar con alguno de los involucrados, ya sea un jugador, un directivo o un auxiliar técnico. Tal como él lo dice:

«Todo empieza minutos antes de las seis de la mañana. No puedo ir a un programa sin haber leído los periódicos. Soy de la vieja guardia, aún leo periódicos, aunque ya me adapté a verlos en versión digital. Eso es fantástico porque no tengo que andar cargando con mi pila de periódicos a todos lados. Siempre llego a los estudios cerca de una hora antes y religiosamente repaso al menos un par de diarios: uno nacional, uno extranjero».

De aquellos compañeros como Pepe Espinosa o Francisco Javier González, que lo formaron en su primera etapa como locutor, Ciro Procuna heredó en parte la costumbre de prepararse a profundidad para una transmisión ya sea radiofónica o televisiva. Pero también la propia experiencia se lo enseñó, incluyendo las vicisitudes propias de los inicios de toda profesión:

«De las cosas feas que luego le pasan a uno aquí, ocurrió cuando yo tenía 18 años, una de mis primeras veces: me tocó entrar al aire en un noticiero en los Juegos Panamericanos de Cuba, yo me quedé cubriendo a Enrique Garay el día de la inauguración —que era mi primer día en este noticiero—. Habíamos quedado Enrique y yo de que iba a entrar su llamada y que él se echaba todo el primer bloque. Dije: “Ah, bueno, pues ya quedamos”. Cometí el error de no llevar un plan B, las comunicaciones se frustraron y no pudimos conectar a Enrique esa vez.

Te juro que me acuerdo de cómo sentía que me sofocaba en ese momento, en la cabina de Stereo Cien. Después de eso dije: “Nunca más vuelvo a ir sin un plan B, sin haber preparado el espacio al aire que corresponde. Y eso fue hace casi, ¡uff!, treinta años. Entonces, no me vuelve a pasar y para eso pues necesitas tiempo. Y eso sí lo tengo muy bien adaptado».

Tal como él lo dice, siente un gran respeto por su trabajo y ser dedicado es la mejor forma de retribuir los privilegios que, como espectadores de primera fila, les son otorgados a los periodistas deportivos. Mejor no improvisar demasiado, atenerse a los hechos, conocerlos a fondo, y dar una opinión basada en argumentos y no en aspavientos.

Establecer un diálogo razonado, tal como lo hace Procuna, le permite alejarse de un estilo periodístico que levanta falsas polémicas donde no las hay para atraer audiencias. Los hechos, expuestos con apego a las evidencias que de ellos se desprenden, no requieren revestimientos aparatosos y en ese sentido, Procuna logra una decencia prolija distintiva en su forma de comunicar los hechos deportivos.

«Yo creo que soy alguien que siempre busca ser objetivo, siempre me he distinguido por tener todos los elementos para emitir un juicio porque soy consciente de las repercusiones que puede llegar a tener una opinión. Entonces, trato de distinguirme por mi preparación, por ser justo en mis juicios, y sí creo que ese es el sello que me ha distinguido: preparación y justicia al momento de emitir un punto de vista, yo creo que eso es lo principal».

Para Ciro Procuna la credibilidad es lo más valioso que posee un periodista, pero toma muchos años de cuidadoso esmero forjar tal percepción en los televidentes y en cambio, para perderla no hace falta mucho, un par de declaraciones fuera de lugar, o algún pronóstico errado y se acabó. Esto es el acicate para ejercer siempre la profesión con dominio de la circunstancia: «Creo que con responsabilidad es como se tiene que utilizar un micrófono, una cámara, y opinar tampoco está mal, de hecho es parte de nuestra actividad. A uno también le pagan por emitir un juicio y para eso estás».

Ahora, ya asentado en el periodismo deportivo conduce varios programas al día para el canal deportivo ESPN, pero los ensayos, la afición por el deporte y la pasión que ello conlleva, iniciaron hace ya algunos años. Él lo cuenta así:

«A mí los deportes siempre me han gustado, no te sé decir desde cuando; desde que me acuerdo es la respuesta más adecuada. Recuerdo que antes de los cinco años me gustaba ver los Juegos Olímpicos, me encantaba ver los clavados. Desde que me acuerdo me gusta el futbol americano porque mi papá para arrullarse ponía la televisión y yo me quedaba perdido viendo los partidos; y nunca tuve problema para entenderle siendo un deporte tan complejo y con tantas reglas. Me sorprenden de repente algunas entrevistas que me hacía mi papá, teniendo yo seis o siete años. Hablábamos de Tony Dorsett, de Roger Staubach, de Larry Cole, de Charlie Waters... ¿Cómo? No lo sé, porque tampoco te voy a decir que en mi casa mis padres tuvieran el deporte tan presente.

«A mí los deportes siempre me han gustado, no te sé decir desde cuando; desde que me acuerdo es la respuesta más adecuada. Recuerdo que antes de los cinco años me gustaba ver los Juegos Olímpicos, me encantaba ver los clavados. Desde que me acuerdo me gusta el futbol americano porque mi papá para arrullarse ponía la televisión y yo me quedaba perdido viendo los partidos; y nunca tuve problema para entenderle siendo un deporte tan complejo y con tantas reglas. Me sorprenden de repente algunas entrevistas que me hacía mi papá, teniendo yo seis o siete años. Hablábamos de Tony Dorsett, de Roger Staubach, de Larry Cole, de Charlie Waters... ¿Cómo? No lo sé, porque tampoco te voy a decir que en mi casa mis padres tuvieran el deporte tan presente.

»Antes de ir al Estadio Azteca fui cualquier cantidad de veces a los toros, por mi familia. Mi familia sí es taurina, por Luis Procuna, mi abuelo, que tenía una plaza de toros. Entonces, no te sé decir de dónde sale mi gusto por esta actividad, nace tal vez de mi gusto por los deportes, pero sí me acuerdo muy bien que hay un momento en el que empiezo a fijarme mucho más en estilos de relato, en conocer y ubicar mejor a los que mejor lo hacían, que fue en el Mundial de México 1986. En México 86 es donde yo me enamoro del futbol y además me terminó de empujar a fijarme en pequeños detalles de los comentaristas de aquellos años».

Con ese gusto por los deportes, se hizo aficionado desde muy joven a los programas deportivos de radio y se convirtió en un escucha que a menudo (casi diario) llamaba para dar su opinión o hacer alguna pregunta o incluso para ganarse boletos para ir al estadio a ver al Cruz Azul. Su interés se fortalecía y aunque no tenía muy claro qué estudiar al terminar la preparatoria, sabía que deseaba dedicarse a la locución deportiva. Pidió consejo a tres locutores deportivos a los que ya por entonces conocía, aunque él fuese un muchacho: Enrique Garay, Francisco Javier González y David Faitelson. Los tres coincidieron en el consejo: «Yo empecé a trabajar a los 17, no había terminado la prepa, el mejor consejo que me dieron fue: “si no sabes qué vas a estudiar, empieza en esto”. Y empecé. Empecé en radio, eran mis prácticas profesionales gratis. Era feliz, el primer día que me oí en FM me volví loco, me encantó».

Aquella primera vez ante el micrófono fue casi una transición natural según relata: «¿Sabes que no hubo nerviosismo? Sí lo hubo antes pero ya cuando entré al aire no. Pasaba algo muy curioso: Yo antes de la primera vez que salí al aire, que fue el 30 de marzo de 1991 —en ABC Radio, en un programa de futbol americano con Enrique Garay—, había narrado cualquier cantidad de partidos. Ya sea que yo fuera al estadio y que me grabara o que ponía la tele en mi recámara —me encerraba, me escuchaban hablar sólo, pensaban que algún cable se me había zafado—, daba mis resultados de competencias y leía el periódico en voz alta. Todos esos fueron mis ensayos sin saberlo, pero en mi locura, en mi gusto por dedicarme a esto, por empezarlo a hacer. Y cuando lo hice por primera vez, que me tocó dar resultados de futbol americano nacional, pues dije: “Esto ya lo he hecho”. Nada más lo acomodé y cuando salí al aire no fue mayor tema. Fue una vivencia padrísima que esperé por mucho tiempo y que se dio aquella vez gracias a Enrique principalmente, que fue el que confió en mí en una etapa en que pues no tenía ni qué poner en mi currículum».

En los años siguientes optó por estudiar la licenciatura en Mercadotecnia al mismo tiempo que se iba abriendo paso en la radio. Luego de aquella primera oportunidad trabajó con Francisco Javier González y José Luis Lamadrid, en el programa Dos en el área. Posteriormente vino una gran oportunidad: «Muy pronto me empecé a envolver en todo esto y cuando me di cuenta recibí mi primera oportunidad en TV Azteca, en 1994. ¡Y empecé a hacer tele, futbol americano, con Pepe Espinosa! ¡Guau! ¡Feliz!».

Si le preguntan, Ciro Procuna aún recuerda sus primeros partidos narrados: en el futbol fue durante la Eurocopa del 96, un Bulgaria vs Rumania; y en futbol americano un Notre Dame vs Michigan al lado de Alejandro Lara y Pepe Espinosa. Este último ocupa un lugar especial en su memoria:

«Pepe Espinosa era un comentarista completísimo porque era ameno, porque conocía a fondo los deportes que narraba: de atletismo, de futbol americano, de basquetbol, de historia, actualidad, estrategia; de haberse metido inclusive a “coachear” en Centinelas de Guardias Presidenciales o con el Tec de Monterrey. Y te digo, era muy divertido, era un gran compañero Pepe, además. Y, por si fuera poco, era bueno para las ventas, quién no se acuerda del sándwich Wonder en las transmisiones de basquetbol, bueno pues le fascinaba al cliente, y Pepe lo sabía hacer de manera orgánica: salía a propósito de alguna jugada y automático, el cliente era feliz.

»¿Qué más quieres pedir? ¡Lo reunía todo Pepe! De verdad, sigue siendo una gran guía para mi actividad diaria. Muchas veces me he preguntado: ¿Cómo lo haría Pepe? Algún partido de pretemporada que de repente se complica, son 90 jugadores por equipo: ¿cómo lo haría Pepe? Es una operación mental que alguna vez he hecho porque sí es de los más completos con los que me ha tocado trabajar».

Durante su paso por TV Azteca, donde tuvo la oportunidad de colaborar con un equipo al que admiraba, bajo la tutela de José Ramón Fernández, comenzó a formarse como narrador de futbol y futbol americano. En aquella etapa, que duró hasta el año 2001, tuvo la oportunidad de participar en la cobertura de los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 y Sídney 2000, los Juegos Olímpicos de Invierno en Nagano 98, el Mundial de Futbol Francia 1998, los Juegos Panamericanos de Winnipeg 1999 y la Eurocopa 2000.

Su salida de TV Azteca se produjo por un conflicto de intereses de la televisora con la cadena radiofónica para la cual también laboraba, Grupo ACIR. En aquel momento Ciro Procuna era gerente de una estación deportiva de ACIR y hubo de tomar la difícil decisión de separarse de TV Azteca. Fue un momento decisivo en su carrera. Los años formativos habían concluido. Atrás quedaba un trabajo en una de las dos grandes cadenas televisivas del país. Ahora tenía que probarse en otros medios de comunicación.

Continúa en radio y se involucra en nuevos proyectos, narra partidos para Directv, Canal 40 y PSM. En el año 2004 hace pruebas para ESPN, donde le hacen un exhaustivo casting antes de contratarlo. Desde ese momento ha trabajado para la cadena norteamericana consolidándose como parte fundamental del proyecto de expansión de la televisora para el público latinoamericano.

«Me tocó ver el crecimiento que ha tenido ESPN; empezamos con dos emisiones de Sport Center de media hora y con un programa de Futbol Picante de media hora a la semana. Punto. Eso era todo lo que hacíamos, teníamos un estudio. Hoy, pfff, estamos al aire todo el tiempo, hoy se puede hacer unos Juegos Panamericanos con transmisión no solamente en los canales, también en las versiones digitales, en ESPN Play lo tienes disponible».

¿Su preferencia? La tiene bien clara:

«La NFL, es algo que me encanta. Inclusive cuando no hay temporada me verás estudiándolo. Si hay un deporte que me apasiona es el futbol americano y mis primeras imágenes de algún partido de futbol americano, sobre finales de los 70, principios de los 80, están asociadas con la voz de Fernando Von Rossum. Me dio una gran emoción alguna vez compartir un Super Bowl con Fernando, apenas escuché su voz en persona fue algo que me emocionó y se lo expresé. Yo te diría que de la gama de cosas que puede hacer un comentarista deportivo o, en mi caso, de lo que me toca hacer —que puede ser conducir programas de estudio, noticieros, programas de análisis, de debate, reportero de cancha, etcétera—, lo que más me gusta es narrar futbol americano. Sí tengo un gusto particular por el americano... el futbol americano y yo tenemos una relación pasional muy particular y lo que más me gusta es relatarlo, lo disfruto como nada. Eso es lo número uno».

Además del deporte de las tacleadas, Ciro Procuna tiene otras pasiones: Se declara cien por ciento rockero, un amante de escuchar, conocer y explorar inclusive a los clásicos del rock. Gran aficionado del cine y lector por vocación. El gol y las carreras forman parte de sus actividades físicas cotidianas, el aderezo de su quehacer en los medios de comunicación. Ahora, con 28 años de trayectoria, Procuna ha participado en la transmisión del Super Bowl desde la edición XXVI, casi ininterrumpidamente. En ESPN actualmente participa en varios programas como ESPN AM, ESPN Radio Fórmula y NFL Live, donde da cátedra de su profundo conocimiento del deporte que tanto quiere. Y recientemente ha comenzado a narrar partidos de la NFL por este canal. Ciro tiene claro que su profesión ha sido y será siempre: una labor de grandes cambios, que sobretodo se debe a su público.

«Hoy tienes que saberte adaptar a las nuevas tecnologías y a los nuevos hábitos de consumo que está teniendo la gente. Ya me ha tocado ver mutaciones muy claras en los años que llevo en esta actividad: primero era televisión abierta y empezó la televisión por cable y la televisión satelital. ¿Pagar por televisión? Pues sí, hoy lo vemos como algo que hacemos normal ¿no?, pero en 1991 no era tan normal. Y de ahí se transformó a todo lo que te ofrece el Internet y los hábitos cambian, ya mucha gente lo ve en teléfonos celulares, en tablets, las redes sociales, que tienen una parte positiva muy buena pero también un lado oscuro que hay que cuidar. Entonces, yo creo que la principal dificultad va con eso: con saberte adaptar a cómo van cambiando los hábitos de consumo de esta actividad en los medios».

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