En los años noventa, fue jugadora de voleibol y participó en campeonatos nacionales; cuando se retiró se volvió entrenadora. Aunque estudió Diseño Gráfico nunca se ha separado de su verdadera pasión. A la par que estudiaba la carrera, consumía todos los contenidos deportivos que podía. Después le surgió la necesidad de decir lo que pensaba. El primer deporte que narró fue voleibol de playa.

«En un viaje que hice con un grupo de amigas, entre nosotras estaba una abogada de una cadena de televisión que tenía los derechos de transmisión del Tour de Voleibol de playa en Estados Unidos. Me preguntó si me gustaba el voleibol y le dije que sí, entonces me preguntó si lo podía narrar, porque le gustaría que una mujer lo hiciera. Le dije que sí aunque no tenía ni idea de cómo era, nunca me preparé para eso, lo único que tenía era lo que había escuchado, lo que había consumido, lo que había practicado. Me dije: voy a hablar de lo que sé, con la pasión que tengo. Esa fue mi primera experiencia y me costó mucho trabajo».

A partir de ahí comprendió que en el cronismo deportivo los conocimientos y la pasión deben comunicarse con un estilo propio que resulte atractivo para el público. «No podía ser una mujer que tuviera que imitar a los hombres para hablar el deporte, tratar de hablar como ellos estaba muy loco. Tenía que encontrar mi estilo. Así descubrí que al final del día, un narrador deportivo, un comentarista, te cuenta una historia aunque tu estés viéndola en la pantalla. Su trabajo te conecta con la historia que pasa en el terreno de juego. Para mí la crónica en general, pero la deportiva en particular, es el cupido que enamora, el que conecta el evento deportivo con la audiencia y logra flecharte para que te enamores de lo que estás viendo. Somos cupidos».

Ese valor de la crónica deportiva lo descubrió en los Juegos Panamericanos de Guadalajara, en 2011, durante la transmisión de un partido de handball que enfrentaba a las selecciones femeniles de México y Puerto Rico, en el que compartió narración con su compañero de tantas transmisiones, Pepe Segarra, y que terminó ganando México por un apretado marcador de 23-22. Aquel 17 de octubre de 2011 quedaría marcado en la memoria de Geo como un día de gran satisfacción y aprendizaje.

«Pepe y yo empezamos a narrar y el partido se fue poniendo buenísimo, al punto que nos olvidamos de cierto rigor de la narración, empezamos a vivir la pasión. Cerca del final, México ganaba por 2 goles, le anotan un gol y yo decía: “¡No, no cierren la caja que el muerto respira, espérense, nos van a anotar uno más!” Estuvo cerca. Cuando salimos de la cabina nuestros propios compañeros nos felicitaron y Javier Alarcón nos mandó llamar para decirnos que estaba programado interrumpir la transmisión para que entrara al aire el programa de resumen de la Jugada Panamericana, pero había sido tan emocionante que decidieron no cortarla; dejaron el partido hasta el final. ¡Lo habíamos logrado! Un partido que en cualquier otra circunstancia habría pasado desapercibido, porque al deporte femenil casi nadie lo pela, nosotros lo habíamos vuelto atractivo. Habíamos logrado nuestro cometido: transportar la entrega y la pasión que tenían los dos equipos en la cancha. Habíamos logrado crear un vínculo con el público. Ahí me cayó el veinte: ser narrador o comentarista implica crear un vínculo en el que tú juegas el partido sin estar en la cancha y haces que el público se emocione y se quede, sin importar el evento que sea».

La estación de radio MVS fue el primer lugar donde trabajó, en un programa que conducía Rodolfo Vargas. En 2002 se presentó con Francisco Javier González, de Televisa Deportes, a quien le gustó el estilo y la propuesta de Georgina y la invitó a trabajar en Televisa Radio, donde creó el programa Adicción deportiva. Ahí la escucharía Javier Alarcón y le ofrecería un espacio en televisión.

Durante los años que ha trabajado en Televisa, tanto en radio como en tele, ha sido comentarista, reportera, narradora y conductora en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, Beijing 2008 y Londres 2012. También ha dado cobertura a los Campeonatos Mundiales de Futbol de Alemania 2006 y Sudáfrica 2010. Su trabajo ha sido apreciado del mismo modo en juegos Panamericanos, Mundiales de Futbol Femenil, partidos de la Liga Mexicana y deportes tan variados como: voleibol, voleibol de playa, futbol, basquetbol, handball, tenis, badmington, waterpolo, tiro con arco, Tae Kwon Do, levantamiento de pesas, nado sincronizado, atletismo o tenis de mesa.

Geo González encuentra una conexión especial con el legendario cronista Jorge Sonny Alarcón, un personaje del que siempre disfrutó sus narraciones por la identificación que sentía en cuanto al manejo de un estilo que combina rigor periodístico, especialización y humorismo. «Sonny tenía un gran conocimiento, pero además un gran sentido del humor. Para mí, la vida sin humor no tiene mucho chiste. Es un común denominador en mi vida y la mayor parte de mis amigos y familiares lo identifican como parte de mi estilo personal. Por eso para mí fue muy importante oír a Sonny Alarcón,por ejemplo,en el programa Acción Deportiva,donde le tocaba comentar algunos videos chuscos. Tenía un humor y timing perfectos. Recuerdo aquella frase del pitcher que decía: “El pitcher parece que está sentado en un barril de pólvora fumándose un puro”, como para describir la presión que sufría un lanzador. Nunca me tocó hacer una transmisión con él, pero me tocó verlo en Televisa, de lejos».

Geo ha conducido diversos espacios, como Adicción deportiva y Carrusel Mundial en WRadio. En TDN condujo Zona Chiva, además de Recortando la jornada en Univision TDN. También ha realizado diversas participaciones en noticieros y programas especializados, como La Jugada. En su andar por los espacios de información deportiva, Geo se ha encontrado con la suerte de trabajar con personas que a lo largo de años de colaboración se han convertido en grandes amigos. Guarda un cariño especial por sus colegas Toño de Valdés, Pepe Segarra y Enrique Burak, con quienes ha compartido transmisiones y eventos durante más de quince años.

«Son estos compañeros que no necesitan competir con el que tengan junto, ellos me han enseñado que lo importante es el deporte y la transmisión, entonces hacen mancuerna siempre. Al principio me costó mucho trabajo acoplarme a trabajar con ellos, sobre todo el ritmo, entraba a hacer el comentario a destiempo, pero Toño, que es de risa fácil, siempre se reía de mis tonterías y las cosas que decía. Con Enrique me ha tocado trabajar desde los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Lo mismo con Pepe, que es con quien más he compartido. Pepe Segarra ha sido este compañero con el que todo en una transmisión se da, nunca ha sido alguien que el hecho de trabajar con una mujer le incomode o sienta que le hace competencia. Es una persona que ama su trabajo, igual que Enrique Burak y Toño de Valdés. Nunca estás incómodo con ellos tres, son grandes compañeros. He trabajado con los tres alegres compadres, los tres huastecos, los tres ases de la narración deportiva. Ellos y Francisco Javier González, son compañeros con los que he podido compartir experiencias que para mí han sido un premio».

Aunque en su casa nunca hubo distingos de género en cuanto a la práctica y la discusión deportiva, en su vida como aficionada y como profesional de la comunicación, Georgina ha notado y enfrentado la inequidad en cuanto a espacios y oportunidades. Ella cuenta que siempre le tocó ver el deporte principalmente practicado por hombres y narrado por hombres, al tiempo que fueron estereotipados algunos deportes, como el patinaje o la gimnasia artística, etiquetándolos como femeninos.

«Esas costumbres, esa parte de la cultura machista ha sido muy difícil de romper, necesitamos que cambien las generaciones de quienes toman las decisiones en los contenidos editoriales y la concepción de las transmisiones en los deportes. He empezado a narrar y me han quitado; de arriba dicen que no, que mejor nada más comente, que no narre. Te dicen que al público no le gusta la voz de la mujer narrando. Es el mismo tema: es cultural. Como cuando no podían ver a las mujeres compartir los autobuses para ir a trabajar, como en la política, en la comunicación, la ciencia, la medicina. Eso es cultural y hay que romperlo».

“Creo que soy un bicho raro, mi vínculo con el deporte es distinto.”

El papel de las mujeres en los espacios periodísticos deportivos ha sido históricamente acotado, por decir lo menos. Durante los años de consolidación del cronismo deportivo mexicano, partiendo de la década de los 40, no se ubican figuras femeninas destacadas, sino hasta épocas recientes, en que cada vez más mujeres narran, realizan reportajes, comentan partidos o integran equipos de análisis en los programas especializados.

Eso habla de la desigualdad de género que ha habido en ese ámbito y de la manera en que se ha estereotipado la figura de la mujer, fungiendo en algún momento como modelos o edecanes que se limitaban a leer resultados o presentar secciones donde abordaban temas como la moda o la gastronomía, mientras se privilegiaron los espacios de narración o análisis para los periodistas varones. Para Georgina, no cabe duda de que no les corresponde a ellas responder al cuestionamiento sobre la escasa presencia de mujeres en los espacios deportivos.

“Para mí la crónica en general, pero la deportiva en particular, es el cupido que enamora, el que conecta el evento deportivo con la audiencia y logra flecharte para que te enamores de lo que estás viendo. Somos cupidos.”

«Les tendrían que preguntar a los hombres, a los que deciden los contenidos de los programas, los directores editoriales. ¿Por qué nosotras tenemos que responder? ¿Qué tendría que decir de mis compañeras que para ser conductoras se preparan? A todas nos meten en la misma canasta. Entonces pierdo porque no tengo el look de una de las que son muy atractivas y ella pierde porque no tiene mi conocimiento y no es justo porque las dos hacemos labores muy diferentes. Lo que necesitamos es gente que tenga perspectiva de género, porque el mundo no puede seguir siendo un espacio en donde una mitad sea descalificada por la otra mitad, ¿por qué tiene que haber mujeres en el deporte, en el “juego del hombre”? pues porque el mundo es para todos, la política es de todos, el amor es para todos, el sexo es para todos, el aire, el agua, el desmadre, la religión, es para todos, todos tenemos que caber. Y siempre nos toca a nosotras contestar la pregunta ¿qué opinas de que pongan a la mujer en este estereotipo sexista? Yo no voy a contestar esa pregunta. Yo le voy a preguntar al hombre que disfruta viendo ese estereotipo ¿qué opinas tú como hombre?».

Su tesón y versatilidad le han permitido incursionar en ámbitos diversos de la comunicación, además del periodismo deportivo. En 2005, el periódico Reforma lanzó una convocatoria de narrativa humorística llamado Así es mi México. Georgina participó relatando la historia de Sor Juana Inés de la Cruz como si se tratara de la ficha biográfica de una jugadora de futbol. «Sor Juana siempre me pareció maravillosa, muy creativa, apasionada, independiente pagando un precio. Decidí hacer futbolera la historia de Sor Juana y la mandé al periódico. Germán Dehesa y Juan Villoro, ellos dos sin saber que yo era fan, eran los jueces del concurso y me lo gané».

El texto fue retomado por la periodista Carmen Aristegui, quien lo transmitió en su noticiero de radio. Posteriormente, recurriendo a sus habilidades como animadora gráfica, Georgina realizó un video animado a partir del texto, que fue transmitido en Televisa.

En 2007, obtuvo una mención honorífica en el concurso de cine Pantalla de cristal, en la categoría de mejor crónica documental, por su trabajo realizado en el documental Alma canchera, donde narró un partido de llano, en el que se enfrentaban a dos equipos llamados Aztecas y Atlético Español. Para este trabajo usó alegorías sobre la conquista para recrear las acciones en la cancha.

Geo González escribe un blog llamado Blog is in the air, en el portal Animal Político, donde comparte textos que tratan temas más personales, pero siempre vinculados con el deporte, y donde alude a sí misma con desenfado para presentarse con sus lectores: “Mexicana de Coyoacán, adicta al deporte, le he entrado a todos menos al nado sincronizado (me entra agua a la nariz). No escogí al deporte, el deporte me ha escogido a mí.” El sello de sus escritos ha sido siempre ese carácter dicharachero que puede convertir de lo más cotidiano una epopeya.

Actualmente realiza cápsulas para televisión en TDN y se encarga de la sección Alma canchera en el noticiero matutino Así las cosas, de W radio, conducido por Gabriela Warkentin y Javier Risco. «Es la primera vez que a una mujer le toca decir el segmento de deportes. Gaby y Risco son personas maravillosas, pero no les hables de deportes, con ellos mi reto era cómo rayos los vinculo a los deportes, cómo logro interesar a un público que no necesariamente oye deportes, sino noticias. Así, encontré en la crónica —contando historias, narrándolas— un gran recurso para lograr interesar a la gente y formar un vínculo con ella sin importar el tema del que hables.

»Creo que soy un bicho raro, mi vínculo con el deporte es distinto. No se lo he visto a ninguna mujer y no quiero sonar a vieja mamila, pero para mí el deporte —hablarlo, consumirlo, respirarlo— es algo nato. Creo que no me parezco a nadie de mis colegas, yo no sé si sea bueno o malo, pero se siente muy bonito trabajar en esto y se siente miedo porque no está fácil. Es un orgullo y es un privilegio haber podido extender mi vínculo con el deporte después de haberlo practicado, ahora poderlo platicar, poderlo transmitir y hacer esta labor de cupido, se siente bonito».