VOCES DE HOY

MIGUEL GURWITZ

SE HA DESTACADO POR SER UNO DE LOS PERIODISTAS CAPACES DE CUBRIR CUALQUIER TIPO DE EVENTO, DESDE EL BEISBOL HASTA EL AUTOMOVILISMO. DEBIDO A LA RELEVANCIA DE SU TRABAJO DURANTE 2018, GURWITZ RECIBIÓ UNA NOMINACIÓN A PERSONALIDAD DESTACADA DEPORTIVA EN ESPAÑOL, DE LOS SPORTS EMMYS AWARDS.

Durante un año, cada tres días, Miguel Gurwitz habría de marcar el número de Raúl Orvañanos para manifestarle su inamovible interés de trabajar en el periodismo deportivo. Luego de cursar la Licenciatura en Ciencias y Técnicas de la Información y una especialización en Crónica Deportiva, en 1996 el actual comentarista de Telemundo se armó de valor para ir a buscar a Orvañanos a la salida de Televisa y pedirle una oportunidad de trabajo. Así, luego de insistir un poco, consigue un teléfono a dónde hablarle al veterano presentador, quien sin ilusionarlo demasiado, le da alguna esperanza.

Salir a la calle sin una cita concertada a entregar un currículum que nadie nos ha pedido, solicitarle a alguien que no conocemos una oportunidad de trabajo en una de las empresas más grandes del país, e insistir en ello aún sin asomo de que habrá de concretarse nada para nosotros, parece en primera instancia un acto desesperado, pero en el caso de Miguel Gurwitz se trataba de una convicción. Él conocía perfectamente su vocación y su anhelo de ser periodista deportivo....

“ES IMPORTANTE QUE HAYA UNA VOZ QUE TE TRANSMITA EMOCIONES”

Aunque Raúl Orvañanos intentó incluirlo en algún programa de televisión o radio, nada llegó a materializarse en ese momento. Finalmente, cuando Gurwitz había perdido ya la esperanza, decide ir a dar las gracias a Orvañanos por su paciencia y por haber intentado ayudarle. El comentarista se encontraba grabando La Jugada, así que lo espera afuera de los estudios de Televisa hasta las tres de la mañana. La respuesta de Orvañanos fue: “No te desesperes”. Poco después la oportunidad surgiría en prensa escrita, en la revista Deporte Internacional, de Editorial Televisa. Ahí lo entrevistó para el puesto Eduardo Camarena. Al concluir le ofrecieron el trabajo. Posteriormente Orvañanos lo invitaría a trabajar como comentarista a Sky, donde transmitiría partidos para la televisión de paga. Esa sería su introducción y primera educación laboral, que lo formaría para lo que vendría en el futuro. De su primer día en televisión recuerda: «¡Horrible! una sensación espantosa. Raúl, a quien le tengo un cariño y respeto impresionantes, me dio la oportunidad. Me acuerdo que un 4 de agosto me pidió que lo acompañara al baño, literalmente estábamos en el baño y se voltea y me dice: “Mañana debutas”. “¿Qué?” “Mañana debutamos”, respondió. “¿Por? ¿Dónde?” Lo único que me comentó fue que me pusiera de acuerdo con una persona. El 5 de agosto llego a Televisa y parecía perro en carnicería, una sensación horrible. Me acuerdo que no tenía uniforme. Mi programa era a las doce del día y yo llegué a las siete de la mañana. Me dan el ingreso hasta las once y yo busque y busque al productor. Bueno, el productor me regañó por llegar tarde y no le importó que le dijera que había llegado desde las siete de la mañana, me mandó a buscar un saco y el único saco que encontré era de Gerardo Liceaga, el buen Jerry. Mi primer partido fue un Atlante vs León, que se transmitió por Sky. Un día sensacional pero un nervio terrible».

Ahora, ya inmerso del todo en la profesión, cuando le preguntan sobre aquello que disfruta más de su trabajo, responde: «Todo. Me encanta porque no hay un día igual. Lo que más me divierte es hacer lo que me gusta. Es muy importante tener un ambiente sano de trabajo, donde te puedas reír, donde te puedas equivocar sin temor. Disfruto todo. Yo desde que nací estuve destinado para estar ligado al deporte». Siendo un niño, su familia vivió algunos años en Miami, y su padre, de origen cubano, le introdujo al beisbol, que se convertiría en su pasión. De su padre, dice Gurwitz que detestaba el futbol, por lo que resulta irónico que haya sido cubriendo ese deporte que su hijo se daría a conocer en los medios de comunicación. «Yo creo que la mayoría o una gran cantidad de periodistas te van a responder lo mismo: que somos deportistas frustrados. Yo siempre supe que me quería dedicar al deporte de una u otra manera. A mí me gustaba mucho el beisbol y siempre quise ser beisbolista, pero no se dieron las oportunidades. No sabía bien qué estudiar, incluso estuve entre derecho y diseño gráfico, pero lo que siempre tuve bien presente era que me quería dedicar a esto».

Las oportunidades, dice Gurwitz, suceden, se dan, pero son pocas y pueden ser efímeras si no existe una preparación adecuada. Si no tienes buenas bases periodísticas, podrías recibir un llamado de un medio de comunicación y ser despedido poco tiempo después, quedando únicamente para la anécdota, tus cinco minutos de fama. Se preparó a fondo para estar a la altura de las circunstancias y no perder la gran oportunidad que se le había dado en Televisa, porque además cuando inició en el periodismo deportivo, era casi imposible pasar de una de las dos grandes televisoras nacionales a la otra. Había en ese momento una especie de guerra fría entre Televisa y TV Azteca, donde la competencia por cubrir los grandes eventos como Copas del Mundo y Juegos Olímpicos, estaba en su punto más álgido: «Cuando entré a Televisa era así: entras a una y te cerraban la puerta de la otra y que Dios te bendiga y ojalá te vaya bien en esa, porque si no ya te jodiste. A mí me brinca mucho que hoy cuando un comentarista pasa a otra televisora, la gente se sorprende mucho y no entiendo cuál es el problema». Para Gurwitz esos primeros pasos en la televisión habrían de dejarle muchas enseñanzas, la más dura quizá, le ocurrió en 1997: «Yo tenía cuatro meses en Televisa cuando me avisaron que iba a ir al Mundial, aún cuando llevaba tan poco tiempo. Me acuerdo que estábamos en Valle de Bravo cubriendo a la Selección Mexicana, a dos semanas de que iniciara el Mundial. Obviamente me bajaron del avión y fue un golpazo para mí porque me llevaron hasta arriba con la noticia y luego me derrumbaron. El Rudo Rivera se acercó y me dijo: “Guárdate esto para toda tu vida en esta profesión: esto no es un sprint, es de resistencia, de esfuerzo, de trabajo, de días de ego, de mala leche y de talento”. Se me quedó muy grabado ese momento. Yo siempre digo que es un trabajo como cualquier otro, pero la diferencia es que el nuestro se ve en la televisión. Más allá de las dificultades, tienes que ir tomando y abrazando las oportunidades porque son muy poquitas. No solamente de una plaza para chambear, sino de aprender, de ser mejor, de sacrificarse pero por alguna razón. Esas son las oportunidades que tienes que abrazar».

A pesar de las posibles decepciones, la carrera de Gurwitz continuó exitosamente, pues se convirtió en parte esencial de Televisa Deportes. En sus casi veinte años de trayectoria con la televisora condujo y participó en la mayor parte de la barra de programas deportivos. Fue responsable de secciones deportivas en noticiarios como los de Carlos Loret de Mola y se convirtió en el enviado especial de Televisa para acompañar a la Selección Mexicana de futbol a lo largo de todos sus encuentros, labor que desempeñó por quince años, durante los cuales se consolidó como un reportero referente en el medio.

Ha destacado por ser uno de los periodistas capaces de cubrir cualquier tipo de evento, desde el beisbol hasta el automovilismo. Desde entonces hasta la fecha de su renuncia a Televisa en el año 2015, participó en las Copas Mundiales de Corea-Japón 2002, Alemania 2006, Sudáfrica 2010 y Brasil 2014, además de los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, Atenas 2004, Pekín 2008 y Londres 2012. También transmitió la Champions League en diversas ocasiones y la Copa Libertadores, Copas América, Copas de Oro, Copas Confederaciones y en general todo evento deportivo de relevancia. Ha participado también en la cobertura de los partidos de la liga nacional, donde fue conocido por sus “reportajes de color”. En radio transmitió el programa Pasión por cerca de quince años y ha participado con varios medios de la prensa como El Universal y el Excélsior. En todos esos años, con la perseverancia con la que se define a sí mismo y participando en múltiples transmisiones, Gurwitz pudo aprender el periodismo deportivo de grandes personalidades, a quienes ha admirado profundamente: «Conté con Raúl Orvañanos, con El Fantasma Suárez, un súper maestro. Como narradores, te diría Gerardo Peña sin duda, El Perro, obviamente. Me gustaba mucho el equilibrio de Francisco Javier González a cuadro, era un cuate súper equilibrado, muy ecuánime, no se dejaba llevar por sus emociones. Ya en Estados Unidos te diría que Andrés Cantor. Obviamente hay gente súper talentosa y que admiro mucho como Luis Omar Tapia. Hay muchas referencias como Fernando Schwartz, quién no lo puede admirar. Lo digo con todo el respeto, era un perrazo, ganarle una entrevista a Fernando era imposible, súper guerrero de la información y yo creo que inspiró a muchas generaciones». La profesión en que se ha formado, con grandes esfuerzos y sacrificio, como apunta el mismo Gurwitz, le ha dejado grandes experiencias, entre las que más valora dos cuestiones cardinales: el presenciar los grandes eventos deportivos y los compañeros con quienes ha trabado amistad: «Lo más bueno que me ha regalado esta chamba es el poder ser testigo en primera fila de los eventos, que es padrísimo, pero también la oportunidad de conocer gente, a leyendas como Raúl Orvañanos, a El Perro Bermúdez, que es la persona más divertida y entretenida que te vas a topar en tu camino, noble como pocos, no te niega un consejo, una sonrisa. El Perro es otro nivel de ser humano y de personaje. Es bien difícil en este medio ser una buena persona y ser un buen personaje y yo creo que él es top of the line, no te vas a encontrar a una persona en este medio que te hable mal de Enrique Bermúdez. Te diría que la mejor anécdota es que con el paso del tiempo tus ídolos se volvieron tus amigos y eso es un tesoro que tienes que guardar para siempre». De esos tesoros que le ha dejado el deporte, recuerda con entusiasmo algunos eventos que se quedaron en su memoria, como la cobertura de las Olimpiadas del 2012, en las que México ganó la medalla de oro jugando la final contra Brasil. Recuerda que fue el único reportero que viajó con el equipo desde que inició la gira y el día de la final casi no logra entrar al estadio:

«Nos desplazamos para pasar al partido, me desconecto después de grabar la previa y me tengo que ir corriendo. En Wembley me dicen: “Ya no entras”, y dije “No, ¿cómo que no entro si aquí está mi boleto?”. Me dijeron que el estadio estaba lleno y que no cabía nadie. Hubo diez mil mentadas de madre con el oficial en inglés y de repente empiezo a escuchar cómo gritan: “¡Goool, de México!”, ya iban 1-0. No me acuerdo con quién estaba afuera y le dije: “Vámonos a un bar que no me quiero perder la final”. Total que cuando estaba a punto de irme me dejan entrar, tomo mi asiento en la transmisión; tenía que hacer las entrevistas y faltando diez minutos me desconecto, vuelvo a bajar y cuando voy bajando vuelvo a escuchar: “¡Goool!” Veo salir a un mexicano por el pasillo con una cara de tristeza y le pregunté: “¿De quién fue el gol?” “De México”, me dice. Y yo, “No bueno pero, ¿por qué está triste?” “Estoy muy pedo”, dice. »Entonces me bajo y en el túnel no nos dejaban entrar hacia la zona mixta, no había televisiones ni nada y no tenía señal en el celular. Hablé al radio y le dije que me pusiera en la narración y en eso escucho el gol de Brasil. No vi ni un gol de ese partido. Saliendo, todos muy emocionados, yo tenía que ganar la entrevista para que no se la dieran a otros, cuando agarro a Luis Fernando Tena me acuerdo perfecto que le dije a Jorge Pietrasanta “Aquí estamos con Luis Fernando Tena” y antes de terminar me abraza y me dice: “Ganamos, Miguelito, ganamos”. En ese momento me rompió, fue una alegría impresionante y compartir eso con el equipo de México fue muy padre, vivir ese proceso».

Con la experiencia que le ha dejado su trayectoria, ha podido convertirse en un gran entrevistador, que sabe propiciar diálogos abiertos con las figuras del deporte. Aunque ha conversado con los atletas más relevantes del mundo, entre sus entrevistas recuerda una en particular por la admiración que le tiene al jugador de futbol con quien la realizó y por la relevancia de la historia que pudo obtener en esa entrevista: «Cuando tienes la oportunidad de entrevistar a los mejores deportistas del mundo, increíblemente te llevas sorpresas, muchas veces te decepcionas y de manera contraria hay algunas entrevistas que te marcan. En mi caso fue la historia de Carlos Salcido, tuve el privilegio de ser la primera persona a la que se lo contara. La historia de Carlos es una historia súper inspiradora. Se le muere prácticamente la mamá en los brazos, la familia se desintegra, diez hermanos, unos se van a Estados Unidos. Él me platica en la entrevista, que un día estando con la Selección en Houston entra al lobby y alguien lo abraza y le dice: “¿Qué hubo, Carlos?” él pensó que era un fan y volteó para tomarse una foto. Para su sorpresa, la persona le dice: “Yo no quiero foto, quiero un abrazo”. Cuando Carlos me estaba contando aquello yo le comenté: “Era tu hermano” y me dice “¿Tú cómo sabes?” “Porque yo estaba atrás de ti”, le dije. La historia de Carlos Salcido es literal la de un guerrero. Empieza a jugar futbol a los 19 años mientras limpiaba camiones. Una historia muy inspiradora. “Todo lo que tengo, todo lo que hice, todo lo que gané, lo cambiaría por tener a mi madre viva”, dijo Carlos». En 2016, después de su salida de Televisa, Miguel llega a Telemundo, y se muda a Miami, donde hasta la fecha labora y reside. Ahí, ha encontrado un lugar privilegiado desde el cual transmite para la comunidad de habla hispana que vive en Estados Unidos. En la cadena norteamericana ha participado en la cobertura de grandes eventos como la liga Premier, el Mundial de Rusia 2018, el Super Bowl, y la Serie Mundial. También tiene un programa de gran popularidad, Titulares y Más, que conduce al lado de Carlos Hermosillo. Colabora además en el diario El Financiero con su columna He dicho y con Radio Centro. Debido a su destacado trabajo durante 2018, Gurwitz recibió una nominación a Personalidad destacada deportiva en español, de los Sports Emmys Awards. En dicha categoría compitió con comentaristas de la talla de José Ramón Fernández, Martín Ainstein, Andrés Cantor y Luis Omar Tapia. Luego de ganar el trofeo, Gurwitz ha confirmado su posición como uno de los principales conductores del ámbito deportivo. Completamente adaptado a los nuevos tiempos, sabe que debe prepararse arduamente, pues las personas en la actualidad pueden verificar la información con tan sólo navegar en Internet. De ahí que sea primordial ser responsable ante un micrófono: «Un tipo que hoy no se prepara para sentarse en la televisión y dar una opinión no tiene nada que hacer en el negocio. La información hoy es 24/7, de verdad dedicarte a esto y no tener la cosquilla de estar informado es porque no quieres estar en este medio». Sabe que en el deporte nada importa más que los deportistas, pero también tiene clara la relevancia de los narradores y comentaristas para emocionar al público y lograr que las grandes gestas de los atletas queden ancladas en su memoria. Su profesión se trata para él, de ser capaces de transmitir al espectador la pasión por el deporte: «de la importancia y de la trascendencia de ponerle voz a un deporte. Está padre que lo veas pero yo te hago vibrar. Tú vas a gritar con el gol, pero yo te voy a hacer gritar igual, yo te voy a decir qué es lo que está pasando. Hay momentos en la historia del deporte que te acuerdas más de la narración que de quién hizo el gol. Si ahora me preguntas quién hizo las anotaciones de Estados Unidos no tengo ni idea, pero sí me acuerdo que fue Michaels quien narró, y no porque me dedique a esto, pero me acuerdo de eso. Creo que eso dice mucho de la gran importancia de ponerle voz a un evento. Es importante que haya una voz que te transmita emociones».

CRÓNICAS DEPORTIVAS

FOTOS

VIDEO

SUSCRÍBETE A NUESTRO NEWSLETTER

Mantente actualizado y recibe las últimas noticias sobre Voces del Deporte Mexicano